O dermatografía negra: literalmente quiere decir “escritura negra sobre la piel”, y se produce por la fricción de metales y desprendimiento de partículas sobre la piel. Un ejemplo muy extendido de estas marcas sobre la piel, tal como nos cuenta J.S. Koransky, aparece entre los músicos profesionales, por su contacto con la boca o con las manos con los diferentes metales de sus instrumentos. Es el oro uno de los metales más conocidos por esta escritura negra, tanto por las joyas como por los propios joyeros durante su trabajo. W.S. Rapson, de la International Gold Corporation Limited, de Johannesburgo, en Sudáfrica, asegura que es extraordinaria la rapidez con que el oro puede marcar a quien lo maneja, llegando en casos hasta poder escribir sobre su piel. Y todo ello, como ya he dicho, por la impregnación de la piel con las partículas metálicas negras producidas por el roce continuo del metal con la piel.

El estudio de este desprendimiento continuo de polvo de oro animó a nuestro conocido doctor Steinhauser, de la Universidad Politécnica de Viena y del que ya hemos tratado sus investigaciones sobre la pelusa del ombligo, a estudiar la pérdida de oro de su anillo de casado en su primer año de matrimonio. En total, la pérdida de peso fue de 6,15 miligramos, de un anillo que, el día de la boda, pesaba 5,58387 gramos (no hay peligro de que se esfume el anillo durante el matrimonio; a esta marcha, durará casi mil años). El diámetro máximo era de 1,77 milímetros, que en diciembre de 2006, seis meses después de la boda (julio), se mantenían, pero al año, en junio de 2007, ya medía 1,76 milímetros.

Durante el año de recién casados, la pareja había estado en la playa, había pescado a mosca, sufrido la gripe, trabajado en el jardín, viajado, esquiado e, incluso, asistido a un concierto de rock. Según el autor, la playa es lo peor para el anillo de matrimonio; la arena es fuertemente abrasiva, desprende muchas partículas de oro y el anillo pierde 0,23 miligramos. A continuación, esta clasificación continua con el trabajo en el jardín, esquiar y, curiosamente, la asistencia al concierto de rock.

Y para acabar, el autor dedica el artículo a su esposa Veronika Steinhauser con ocasión de su primer aniversario de boda. Enhorabuena por mi parte.

*Koransky, J.S. 1994. Dermatologic problems of musicians: iatrogenic black dermographism. Journal of the American Academy of Dermatology 31: 519.

*Rapson, W.S. 1985. Skin contact with gold and gold alloys. Contact Dermatitis 13: 56-65.

*Steinhauser, G. 2008. Quantification of the abrasive wear of a gold wedding ring. Gold Bulletin 41: 51-57.