Los disruptores endocrinos son un grupo de compuestos que alteran la salud de los animales o de sus descendendientes interaccionando con el sistema endocrino. Hay disruptores endocrinos conocidos hace muchos años; algunos de ellos actúan sobre el sistema reproductor y son moléculas lipídicas y muy persistentes en el medio. Provocan la puesta de huevos, la aceleración del ciclo reproductor o, por el contrario, su interrupción y, en algunas especies, hasta el cambio de sexo. Según escriben Cinta Porte, del CSIC, y Miren Cajaraville, de la Universidad del País Vasco, y sus colegas, se ha estudiado su acción sobre vertebrados y, desde hace unos años, sobre vertebrados marinos; además, también engañan al sistema endocrino de invertebrados, y entre ellos, los mejillones o los caracoles marinos.

Precisamente es una prueba sobre la reproducción de un caracol de agua dulce, el Potamopyrgus antipodarum, la que utilizan Martin Wagner y Jörg Oehlmann, de la Universidad Johann Wolfgang Goethe, de Frankfurt, para demostrar la presencia de disruptores endocrinos en las botellas de agua mineral. Son los ftalatos compuestos que se ha demostrado tienen actividad de disruptor endocrino. Las botellas de agua mineral son de vidrio o de polietileno tereftalato; además, hay algunas marcas que se comercializan en tetrabrik, es decir, cartón con una cubierta plástica en su interior. Los autores se preguntan si alguno de estos envases libera disruptores endocrinos al agua mineral que consumimos.

En su experimento, Wagner y Oehlmann miden la cantidad de disruptor (en equivalentes de estradiol, una hormona de vertebrados, para permitir la comparación entre las marcas) en el agua de 20 marcas que se comercializan en Alemania (no dicen que marcas son); las botellas las adquieren en el comercio. Nueve vienen embotelladas en vidrio, otras nueve en ftalato, y dos en tetrabrik. Además, con cuatro marcas embotelladas en vidrio y seis marcas en ftalato, estudian su interacción con la reproducción del caracol.

Los resultados demuestran que el 60% del agua está contaminada con hormonas relacionadas con la reproducción y que, en su mayoría son las marcas embotelladas en plástico y en tetrabrik: siete de las nueve marcas embotelladas en plástico, las dos de tetrabrik y tres de las nueve en vidrio. En el ensayo sobre la reproducción del caracol, los autores encuentran que hay más del doble de embriones en el agua embotellada en plástico que en el agua procedente de botellas de vidrio. En resumen, existe, en el agua mineral embotellada, una fuerte contaminación por disruptores endocrinos, con posible acción sobre la especie humana, y que procede, en su mayoría, de las botellas de plástico.

*Porte, C., G. Janer, L.C. Lorusso, M. Ortiz-Zarragoitia, M.P. Cajaraville, M.C. Fossi & L. Canesi. 2006. Endocrine disruptors in marine organisms: Approaches and perspectives. Comparative Biochemistry and Physiology, Part C 143: 303-315.

*Wagner, M. & J. Oehlmann. 2009. Endocrine disruptors in bottled mineral water: estrogenic burden and migration from plastic bottles. Environmental Science and Pollution Research DOI: 10.1007/s11356-009-0107-7