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Eduardo Angulo Pinedo

La biología estupenda

Procrastinación

Temible palabra. Durante años, y sin saber lo que significaba, ni pregunté ni miré en el diccionario; me parecía un palabro (realmente es un palabro y no un término) que no me concernía, que no me podía concernir en absoluto. A partir de aquí, los lectores pueden dejar de leer lo que sigue hasta, por lo menos, quince días, ya que todo ello trata de procrastinar, verbo correspondiente al anterior sustantivo.

Por fin, in día, no sé por qué, miré en el DRAEL (Diccionario de la Lengua) y decía que procrastinar es “diferir, aplazar”. Y miré en Google, y en Wikipedia dice que procrastinación es “la acción de postergar actividades o situaciones que uno debe atender, por otras más irrelevantes y agradables.” Vaya, ahora resulta que llevaba años procrastinando con la procrastinación. Y digo yo, ¿por qué, de repente, decidí averiguar el significado de la procrastinación?.

Piers Steel, de la Universidad de Calgary, en Canadá, publicó en 2007 una revisión sobre la procrastinación; por cierto, le ha llevado diez años acabar este trabajo. Ha repasado los trabajos sobre procrastinación y realizado un metanálisis de los resultados para desvelar sus causas y efectos; se ha encontrado con 691 correlaciones, es decir, con 691 posibles causas y efectos de la procrastinación, funcionando juntas o por separado. Un análisis más profundo le permite afirmar que predicen la procrastinación factores como la aversión a la tarea a realizar, el retraso en hacerla si es posible, la creencia en ser poco eficaz en hacerla, la impulsividad, la concienciación, el autocontrol, las distracciones, la organización (más bien desorganización) y la motivación para mejorar.

Algunas conclusiones de Steel, ya más a pie del público lector, son que la mayoría de la resoluciones que se toman en Año Nuevo no se cumplen (adelgazar, hacer ejercicio,…), que los libros de autoayuda que aseguran que la razón de la procrastinación es el perfeccionismo (es decir, que no se hace hasta poder hacerlo perfecto) están equivocados, o que la procrastinación se puede resumir en una fórmula matemática (que ya discutiré otro día). En realidad, el procrastinador sabe que tiene que empezar la tarea al momento, pero no lo hace. El autor considera que del 15 al 20% de la población es procrastinadora.

Sin embargo, incluso los procrastinadores hacen algunas tareas, quizá no todas las que deberían ni en el tiempo en que deben hacerlas, pero algunas sí que hacen. Sean McCrea y su equipo, de la Universidad de Constanza, en Alemania, decidieron averiguar qué características tenían las tareas que, si se puede decir así, procrastinaban y qué tareas se hacían, o sea, no procrastinaban. Para ello estudiaron el comportamiento de 34 estudiantes de la universidad a los que se promete medio crédito de investigación (media hora de trabajo para su curriculum) o 2,50 euros si llevan a cabo una tarea cotidiana: abrir una cuenta en un banco, llevar un diario,… Recibían instrucciones por mail y debían seguirlas para completar la tarea. A algunos estudiantes se les enviaban datos como, por ejemplo, qué tipo de persona tiene una cuenta en un banco; es decir, cuestiones más bien personales. Al segundo grupo, por el contrario, se les mandaban instrucciones concretas: cómo presentarse en el banco, qué solicitar, cómo rellenar los impresos,… Es decir, un grupo actuaba en abstracto y el otro grupo en concreto.

Y los investigadores esperaron el resultado de su experimento. En el grupo abstracto, esperaron y esperaron. En el grupo concreto recibieron, en cambio, respuestas concretas de la labor realizada. En resumen, son las cuestiones abstractas, por lo menos en este experimento, las que llevan a procrastinar; las tareas concretas acaban con la procrastinación y llevan a la acción.

Y, para acabar con este post, ¿por qué me decidí a consultar el diccionario para saber qué es la procrastinación? Porque encontré este último artículo, el de McCrea y su grupo, en la bibliografía cuando buscaba material para este blog. Y la tarea concreta de escribir sobre la procrastinación acabó con mi procrastinación sobre la procrastinación.

*McCrea, S.M., N. Liberman, Y. Trope & S.J. Sherman. 2008. Construal level and procrastination. Psychological Science 19: 1308-1314.

*Steel, P. 2007. The nature of procrastination: A meta-analytic and theoretical review of quintessential self-regulatory failure. Psychological Bulletin 133: 65-94.

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Por Eduardo Angulo

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