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Eduardo Angulo Pinedo

La biología estupenda

Espermatozoide

Seguro que recuerdan el comienzo de la película Mira quien habla (1989; Dir.: Amy Heckerling): los espermatozoides nadadndo como locos hacia el óvulo y uno de ellos, el más rápido, alcanzándolo el primero, fusionandose con él y dando lugar al zigoto, la primera célula del nuevo servivo, y después al feto. Y, de los millones de espermatozoides del semen, ¿cuál es el más rápido? Recuerden la figura de un espermatozoide, después de todo es una célula como otra cualquiera, pero especialmente diseñada para nadar con rapidez hasta el óvulo. Tiene una cabeza, donde está el núcleo con la información genética para el embrión; un segmento intermedio con una o varias mitocondrias, que son los orgánulos especializados para proporcionar energía para la locura natatoria del espermatozoide; y, finalmente, una larga cola que es la que, con un giro en forma de tirabuzón, mueve el espermatozoide hacia adelante.

Con esta descripción, parece lógico suponer que, a más cola, más velocidad. Pero Stuart Humphries y su grupo, de la Universidad de Sheffield, en Inglaterra, han encontrado que, no es tanto el tamaño de todo el espermatozoide, sino la longitud relativa de cada una de sus partes las que influyen en su velocidad. Por ejemplo, un espermatozoide grande, con una gran cola, puede desarrollar un potenete movimiento de tirabuzón, pero su avance será obstaculiazo por su gran cabeza (rcordar que la cabeza suele estar colocada en la parte delantera; es la proa del espermatozoide). Según los autores, la velocidad no se relaciona directamente con la longitud sino, de alguna forma, con la velocidad de la cola y el efecto de ancla de la cabeza. Y esto da lugar a situaciones absurdas; por ejemplo, ¿cuál será el espermatozoide más rápido?: pues aquel que no tenga cabeza y posea una larga cola. Y existe, en el caracol de agua dulce Viviparus ater; y, ¿para qué sirve unespermatozoide sin núcleo, o sea, sin información genética? Respuesta: no se sabe.

Más interesante, extraordinario diría yo, es el resultado encontrado por Rosalind Arden y su grupo, del King’s College de Londres, que han demostrado que existe una relación entre el cociente de inteligencia y la calidad del semen en 4462 veteranos de guerra de Estados Unidos, con datos tomados en 1985. Tres de las características más importantes del semen, o sea, concentración de espermatozoides, número de espermatozoides y movilidad de los espermatozoides, se relacionan con el cociente de inteligencia de los sujetos investigados. Es decir, a más inteligencia, mejos semen. ¿Quizá un método de selección natural de la inteligencia? ¿o, quizá, una casualidad estadística?

*Arden, R., L.S. Gottfredson, G. Miller & A. Pierce. 2008. Intelligence and semen quality are positively correlated. Intelligence In press.

*Humphries, S., J.P. Evans & L.W. Simmons. 2008. Sperm competition: limking form to function. BMC Evolutionary Biology 8: 319. doi:10.1186/1471-2148-8-319

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