Los animales se comunican entre sí de diferentes maneras, entre ellas, por la emisión de sustancias químicas llamadas feromonas. También lo hacen los mamíferos, con alguna demostración que se mantiene todavía en estudio; por ejemplo, y tal como demostró Martha McClintock, la concordancia del ciclo menstrual en grupos de jóvenes que viven juntas parece evidente que tiene que venir provocada por la emisión de alguna sustancia que active esa sincronización. Entre los compuestos candidatos a ser considerados feromonas está la androstadienona (4,16-androstadien-3-ona) que se ha encontrado en el sudor en concentraciones muy altas, y en la saliva y el semen de los hombres (y, por cierto, es componente de perfumes y colonias). Parece demostrado que esta sustancia cambia la actividad cerebral, la excitación fisiológica y las sensaciones en las mujeres. Pero todavía no se demostrado que influya en el sistema endocrino. Para ello, Claire Wyart y su grupo, de la Universidad de California en Berkeley, estudiaron la influencia de esta sustancia en los niveles de hormonas en mujeres. Después de dos experimentos que implicaron a 21 y 27 mujeres, consiguieron demostrar que sólo con el olor de la androstadineona, se alteraban los niveles de cortisol en la saliva de las mujeres, a los 15 minutos de olerla y que la concentración se mantenía alta durante una hora. El cortisol es una hormona que activa el sistema de alerta e interviene en la gestión del estrés (es la hormona del “lucha o corre”). En resumen, los hombres secretan una sustancia que altera la fisiología y, se puede suponer con fundamento, el comportamiento de las mujeres.
*Wyart, C., W.W. Webster, J.H. Chen, S.R. Wilson, A. McClary, R.M. Khan & N. Sobel. 2007. Smelling a single component of male sweat alters level of cortisol in women. Journal of Neuroscience 27: 1261-1265.