En julio de 1993, 19 miembros del Claustro del Colegio Real de Médicos de Londres se reunieron con un solo punto en el orden del día: ¿cómo animar a los estudiantes de medicina a investigar? Allí se propusieron muchos proyectos, desde los más complicados hasta proponer que la investigación brote, sin más, de la práctica diaria. Hasta que alguien preguntó: ¿por qué los ancianos tienen las orejas grandes? Hay quien dijo que es evidente, hay quien lo negó y otros, quizá la mayoría, dudaron. Pero de la discusión salió un proyecto de investigación. Año y medio más tarde, en diciembre de 1995 y en el British Medical Journal, James Heathcote, de Bromley, en Kent, publicó los resultados de la investigación.
Cuatro médicos de la institución pidieron permiso a los pacientes, que acudían a la consulta por cualquier otra causa, para medirles las orejas. Eran todos mayores de 30 años, sin tener en cuenta sexo y raza. Medían la oreja de la parte más baja a la más alta, con una regla transparente y en milímetros; obviamente, se apuntaba también la edad de los pacientes que, por cierto, se sintieron interesados e incluso divertidos con el objetivo del proyecto.
Fueron 206 pacientes, con una medida de edad de 53 años y un rango desde 30 hasta 93 años. La longitud media de la oreja es de 675 milímetros, y va desde 520 la más pequeña hasta 840 milímetros la más grande. Después del análisis estadístico, parece que la oreja crece una media de 0,22 milímetros por año. En resumen, que las personas mayores tienen las orejas más grandes.
Un año después, en diciembre de 1996, Jos Verhulst, del Instituto Louis Bolk, de Driebergen, en Holanda, y Patrick Onghena, de la Universidad Católica de Lovaina, en Bélgica, publicaron un artículo en el que, con los mismos datos de Heathcote, y después de someterlos a un tratamiento estadístico que suavizaba la media, descubrieron que el crecimiento de la oreja tiene un ritmo circaseptanual, si es que existe esta palabra, o lo que es lo mismo, que tiene picos de crecimiento cada siete años. Incluso entre pico y pico de crecimiento hasta es posible que disminuya de tamaño. La razón de estos ciclos de siete años permanece en el misterio.
Hay quien criticó el trabajo argumentando que incluso números tomados al azar y con determinados tratamientos estadísticos, parecen seguir ciclos con el número siete; es lo que se llama el efecto Slutsky, muy utilizado en Economía. Pero en 1997, el grupo de Vernhulst rebatió esta crítica con un nuevo estudio que demostraba que el efecto Slutsky no afecta al ritmo circaseptanual del crecimiento de la oreja humana. En fin, un nuevo enigma a resolver que la ciencia nos plantea.
*Heathcote, J.A. 1995. Why do old men have big ears? British Medical Journal 311: 1668.
*Onghena, P., J. Verhulst & D. McKenzie. 1997. Slutsky effect does not seem to explain circaseptennial rhythm in ear growth. British Medical Journal 315: 313-314.
*Verhulst, J. & P. Onghena.1996. Circaseptennial rhythm in ear growth. British Medical Journal 313: 1597-1598.