El PSOE, y no sólo ZP, se ha dado un tortazo monumental. Los socialistas se han empeñado en negar la gravedad de la crisis para terminar aplicando las medidas exigidas por la derecha económica. Y lo peor es que han tomado por tontos a sus propios electores haciendo creer que lo que condenaron hasta última hora se convierte por arte de birlibirloque en la panacea progresista.
El PP se aprovecha de los errores del contrario y obtiene un gran triunfo. En la historia de la democracia española no son los méritos propios sino que son los defectos y errores de los gobernantes los que dan los triunfos a la oposición. Suárez no fue capaz de controlar al ejército y a ciertos sectores nostálgicos del franquismo, González acabo ahogado en la corrupción y en los Gal y Aznar se empeño en hacer de banderín de las aventuras del sherif Bush. Y terminaron mal. Ahora se repite la misma historia. A los caricaturistas nos viene muy bien pero resulta muy triste.
Tal vez una de las leyes más importantes pasa casi desapercibida. Es un alivio que en la hora de nuestra muerte nos garanticen los niveles de dignidad posibles.
Eurovisión como siempre y la cantinela de la amenaza europea de nuevos recortes resuena otra vez más.
Bildu como opción B supera todas las previsiones. Si la izquierda abertzale hubiera apostado por las vías pacíficas desde antaño… (ciencia ficción). El escenario vasco se convulsiona.
Y estalla la oleada de indignación. Son una buena radiografía del mundo de hoy. Representan una emocionante poesía que nos hace soñar. Por ahora engordan las cuentas de las compañías que manejan la red y se sienten orgullosos de ocupar las primeras planas de la televisión exterior. A pesar de que la crítica de la sociedad del simulacro hace tiempo que se ha formulado ¿el movimiento del 15-M, que tiene mucho de espectáculo, caerá en sus trampas? ¿Serán capaces de ir más allá?