Ahora quieren recortar hasta las telas de araña que quedan en la caja. Es lo poco que todavía tenemos. Y ante tan descomunal recorte que abarca también a los derechos laborales, los sindicatos levantan la voz. En el País vasco hay una triple clasificación. Los fieles de los sindicatos nacionalistas que protestaron antes del verano. Los sindicatos grandes de ámbito estatal que han decidido pensárselo mejor durante las vacaciones. Y los de ese tropel que sufre los contratos basura y que siempre ha carecido de los derechos que ahora se recortan. El resultado ya lo han visto.
El Gobierno se enfrenta ahora al váyase Zp, esta vez sin el señor siquiera. Más madera. Tenemos juego también en los deportes. Alonso siembra esperanzas. Pero el fantasma del dopaje se levanta de nuevo. ¿Ya no cuenta Contador?.