Vuelto a reincidir con el tema de las copias. Vivimos en un país que mantiene como referente el “que inventen otros” y muy dado a la picaresca. Desde tiempo muy atrás.
En el último número del año año 1986 Eguna publicó un calendario del nuevo año con uno de mis dibujos sobre el padre Barandiarán. Aquel semanal estaba dirigido por Amatiño y era de editorial Iparraguirre que en aquel entonces también tiraba el diario Deia.
El 25 de abril de 1991 el diario El Correo, en el que ya estaba publicando mis viñetas, sacó la fotografía que les muestro. D. Amalio López aparecía con un bajorrelieve. Comparen y vean.
En un post reciente me divertía con el juego de un niño que ha llegado a jefe de prensa de Osasuna. Una inteligente trastada infantil. Hoy no soy tan condescendiente. Es un puro plagio. Que un jubilado se entretenga y cultive sus cualidades artísticas me parece fantástico. Si pretende vender esa obra, cuando está copiada, es otro asunto. Nadie puede beneficiarse con el trabajo de otro sin el permiso y sin un acuerdo con éste. Parece que hoy esto no cuenta.