Reporteros Sin Fronteras continúa su periplo con la exposición Humoristas Gráficos en Prensa Española por la Libertad de Expresión y llega en esta ocasión con el regreso vacacional a la capital madrileña. Ha reunido 120 viñetas en su tercera convocatoria. María Dolores Masana presidenta de la sección española declara:“El objetivo de estos dibujos solidarios es apoyar a nuestra asociación en la lucha por la libertad de expresión y de prensa en todo el mundo y a la vez dar visibilidad al trabajo de los periodistas que exponen su vida y su libertad para mantenernos informados. Intérpretes del mundo en que vivimos, sus dibujos incluso logran, en ocasiones, burlar fronteras, regímenes autoritarios, dictadores implacables. Sin lugar a dudas, los humoristas son los grandes vigilantes de los abusos de poder”.

El dibujo que aquí muestro es uno de los que envié y que están en la muestra. Tal vez algunos lectores lo consideren obsceno y les pido disculpas de antemano pero quiero utilizar el mismo imaginario sometido a debate público y que ya es muy conocido. He querido solidarizarme con la revista El Jueves condenada por sentencia de la Audiencia Nacional del 13 de noviembre de 2007. El Tribunal Constitucional desestimó el recurso en enero de este año porque “no se ha probado que el asunto tenga transcendencia constitucional”. El Jueves anunció recurso al Tribunal Europeo de Derechos Humanos de Estrasburgo porque no podemos aceptar que “la libertad de expresión no guarda relación alguna con la Constitución”. “Sabemos que es un camino largo, pero hay que conseguir que la justicia diga que no se puede secuestrar una revista”.
Admito que puede discutirse su oportunidad o su mal gusto pero no comparto los argumentos de su condena penal. La interpretación se ha polarizado desde el debate Monarquia-República. Para mí la cuestión principal radica en la comunicación visual. Tampoco es sólo una cuestión de los jueces, una manía particular. Es un problema demasiado general, no se sabe leer imagenes como gran paradoja de la llamada sociedad de la imagen.
No se ha sabido entender y es cuestión clave que la imagen juzgada es una representación del imaginario del dibujante, no es una imagen real (aunque sean príncipes). No creo que nadie llegue a sospechar que el grafista se ha introducido en las alcobas regias violando la intimidad de la joven pareja. Entre los análisis que reprobaban esta viñeta nadie consideró esta particularidad. Es muy grave que no sepamos distinguir ficción de realidad y a mi me lo parece mucho más que el tema del dibujo en sí. Y podemos decir y escribir tranquilamente que “nos imaginamos que los Príncipes mantienen relaciones sexuales”. Porque es lo normal, sencillamente es lo más normal del mundo sin que haya que ver absurdos fantasmas. Y porque además es su responsabilidad asegurar la continuidad dinástica. ¿Por qué es delito dibujar la misma idea de ese “nos imaginamos” que sí podemos expresar mediante el habla o la escritura? ¿acaso cada lector no se forma una imagen mental análoga?.
Yo que viví una experiencia similar en la Audiencia Nacional recuperé la célebre frase del dibujante francés Philipon : “Aquello de lo que se me acusa no está en mi dibujo sino en su conciencia”.