Han pasado ya más de 100 días desde la llegada del “cambio político en el País Vasco”. Un nuevo Lehendakari se ha puesto en cabeza para alcanzar el mayor sueño de la sociedad vasca, para terminar con el terrorismo y conquistar la paz. Las fiestas veraniegas han sido el test revelador de la disposición y la firmeza de los nuevos gestores públicos. Patxi López se dibuja a sí mismo como protagonista de esa mítica película que la gran mayoría queremos ver.
Pero las cosas no son fáciles. Corren malos tiempos, vivimos una profunda crisis económica. Y una crisis de valores: la crisis de la posmodernidad. Los medios de comunicación vivimos las consecuencias de lo anterior y además una crisis de los viejos modelos, una revolución tecnológica que abre nuevos campos sin explorar, la globalización y la puesta en marcha de nuevos cauces de participación masivos que obligan a cambiar los viejos mecanismos, sistemas y conceptos. Los cauces unidireccionales de información ahora se “en-redan”, se diversifican y se multiplican. Estamos en plena crisis de los modelos de representación con la llegada de nuevas herramientas que en muchos casos nos desbordan. El nuevo lehendakari ha demostrado estar entre los pioneros que sí saben manejarlas. La paz exige vencer y convencer. El trabajo educativo con estos nuevos mecanismos ha de servir de cauce para ganar a muchos sectores que desde la frustración y el bloqueo son caldo de cultivo al terrorismo. Se habla muy poco de esta tarea y creo que es fundamental. Hay que poner en ello mucho más empeño. La reforma informática de inmediata aplicación en las aulas es una gran oportunidad.
El humor gráfico en este país ha demostrado estar comprometido con la paz y contra el terrorismo y hemos participado en diversas campañas de divulgación y sensibilización sociales. El trabajo profundo en valores, el desenmascaramiento de las connotaciones simbólicas que operan en los niveles más profundos requieren un trabajo minucioso y paciente. La imagen es sobre todo polisemia y pluralidad. El humor es ejercicio de comunicación, de libertad y de plena vitalidad. En eso estamos, muchos.