Álava
Ni su nombre es casual -en el siglo X, todas las ciudades cristianas con expansión comercial tenían una alhóndiga que servía como almacén de mercancías y alojamiento de mercaderes-, ni su filosofía -busca crear calles más atractivas para favorecer así el comercio local-, una quimera. El plan Alhóndiga, uno de los proyectos más mimados del Gabinete Lazcoz, echa a andar como una idea recién nacida a la que, vaya por delante, ya le han salido los dientes.