«Si la gente se queda en casa, esto se acaba para todos»
Araceli Ajuria se niega a perder la sonrisa. Le ha costado mucho poner en marcha junto a su marido Vicente Argaiz su pequeño negocio Arale de confección de cestas de navidad y ahora no quiere ni oír hablar de crisis. Lo que surgió como un complemento a Ikasle, la empresa también familiar de distribución de vinos, es la razón de vivir de nueve personas, entre ellas, dos hijos de la pareja. «En 1991 empezamos a hacer las primeras cestas, pero muy despacito y en el 2000 ya teníamos catálogo», presume. Desde entonces, en la trastienda de este establecimiento ubicado en la Avenida del Cantábrico se han fabricado muchos sueños. Las manos de Araceli son las que han envuelto con mimo y con mucho gusto desde ese pequeño detalle de lote de paté y mermeladas hasta el gran baúl que reina en su sala de visitas con los más exquisitos vinos, cavas y delicatessen. La boca se hace agua.