MIRANDA
La educación es un derecho pero también una obligación. Al menos hasta cumplir los 16 años. Y, por tanto, salvo por causas justificadas, el destino diario de centenares de mirandeses pasa por las aulas; aunque algunos, sobre todo durante el periodo de Secundaria, traten de ‘esquivarlas’ con piras habituales o esporádicas en la que, en ocasiones, son pillados por la Policía Local y devueltos a clase, como ha ocurrido en varias ocasiones en las últimas semanas. Hasta seis menores se localizaron y entregaron en sus centros escolares.