ARABA
Las últimas facturas del gas han dejado heladas a miles de familias vitorianas. Por mucho que en casa hayan bajado el termostato varios grados y recortado el tiempo de consumo, lo cierto es que el importe que han tenido que abonar se ha disparado. «Pese a todo, pagamos hasta tres veces más. De los 120 que abonábamos antes, hemos pasado ahora a los 350 de ahora. Las facturas son terribles», testifica Cristina Bereciartua, una vecina de Salburua que acudió ayer al Pleno del Ayuntamiento de Vitoria para pedir a los partidos que articulen una solución. Porque su ejemplo no es ajeno a la realidad que sacude a muchos otros ciudadanos.