ARABA
Después de dos años en seco por la pandemia, la feria de Bioaraba se inauguró ayer para darse un baño de masas. Desde primera hora quedó claro que había hambre por cargar la cesta de la compra de productos ecológicos. El goteo de clientes recorriendo los 70 expositores instalados en el Iradier Arena fue constante. Y se espera que la plaza, ya sin restricciones de aforo (entrada gratuita), aumente el ritmo hoy y mañana (de 11.00 a 21.00 horas) antes de cerrar esta séptima edición. «Una de las mejores», confesó Iker Knörr, director del evento, tras el primer día. «Estamos muy satisfechos por el regreso», resumía.