El corazón de Vitoria, el barrio fundacional, la joya de la corona y microcosmos de la sociedad local se mantiene en el centro de todas las miradas. Durante más de tres años, por su exhaustiva y elogiada revitalización, en los últimos meses por la decisión del Gabinete Maroto de eliminar -o vaciar de contenidos- la Arich, la sociedad encargada de su lavado de cara, y por las reiteradas denuncias del grupo municipal de Bildu criticando las cuentas presentadas y los gastos «no justificados» en la reforma del barrio. Y más recientemente debido a la noticia desvelada por EL CORREO sobre la pérdida de los 5 millones que aportara el Gobierno vasco para el polideportivo de El Campillo. (+ info en el papel)