Impresiona El Pensador con su manaza que sostiene la barbilla. Impacta la quietud perenne de su reflexión en este mundo de zarandeos rápidos, virajes acelerados y descenso a los infiernos del pesimismo y la incertidumbre. La creación magna de Rodin preside la esquina de esa explanada civil que conocemos como Virgen Blanca, de espaldas a sus compañeros de exposición, a medio camino entre la Casa Consistorial y el Palacio de la Provincia. (+)