Masiva, como siempre, fue la presencia de gente dispuesta a seguir el desfile de carrozas. Sólo se pueden poner dos ‘peros’ a uno de los actos más personales de las fiestas. La primera, la invasión de la calle La Estación antes de la segunda vuelta. Algo que Jiménez aseguró le daba mucha pena. «Los carroceros merecen un reconocimiento, pero muy difícil controlar a la gente. De todos modos, trataremos de buscar alguna fórmula para mejorar eso al año que viene». (+)