Miranda
Unos de los pasillos del colegio Altamira se transformó ayer en un improvisado vivero, un lugar de trabajo con plantas, tierra y tiestos por el que pasaron un centenar de alumnos de Educación Infantil para transplantar y colocar en un recipiente mayor ejemplares de petunias rojas. Flores que ahora les tocará regar y cuidar para que muestren su mayor esplendor dentro de un mes, cuando las llevarán a casa como regalo del Día de la Madre. (+info)