Fue una jornada descafeinada, a decir de las crónicas periodísticas, porque a la Convención Europea sobre el Desarme faltaron muchos líderes políticos mundiales. Pero a Vitoria, aquel 6 de julio de 1989 le daba igual que por la Avenida de Gasteiz no se pasearan el eterno candidato negro a la presidencia estadounidense Jesse Jackson o el obispo anti-apartheid sudafricano Desmond Tutu. Lo importante era que la inauguración del palacio de congresos Europa, ideado por el visionario José Ángel Cuerda, se saldara con éxito y que los 1.100 personas procedentes de países de todo el planeta asistentes al acto se sintieran como en su casa. Y, pese a llegar con el tiempo justo, subrayan las mismas crónicas, la capital alavesa pasó con nota su puesta de largo como ciudad congresual. (+info)