En cuanto se puso en marcha el nuevo sistema de transporte, los taxistas y los conductores de los urbanos señalaron en el mapa la plaza de Lovaina y se echaron a temblar. «Si ya hay lío, verás ahora», avisaban. Todo hacía indicar que lo peor llegaría durante las horas en las que cientos de padres se dirigen con sus hijos a los colegios de Urkide-Ursulinas y Marianistas para llevarles o recogerles, y así ha sido. Son las 8.52 de la mañana y Adriano VI está a rebosar de coches. La retención, en la que están atrapados dos autobuses urbanos, supera los 160 metros de largo y casi llega a la Avenida de Gasteiz.
Álava