Estos días he repasado algunas cosas de J.G. Ballard como despedida a un escritor obligado e indispensable. Por ejemplo, su “Noches de cocaína”. Este libro debería ser una lectura obligada para muchos escritores españoles. La forma en la que un británico como Ballard transforma Marbella en un lugar de pesadilla y horror aprovechando el mundo de las urbanizaciones de lujo, los campos de golf y las discotecas es una especie de regalo de un creador único. Una lección de otra forma de mirar la realidad. Una demostración de la imaginación dispuesta a seguir pistas que nadie más ve. Hay una frase magistral a la hora de definir la corrupción de ese mundo. “Este es un paraíso en el que todo el mundo se quiere acostar con la serpiente”.

Pero la lucidez de Ballard iba más allá. Aquí abajo les dejo un fragmento de una entrevista de 2004. La frase final es premonitoria del caos en el que ahora estamos sumergidos.

“Vivimos tiempos peligrosos. La racionalidad y los argumentos no son dominantes en la mayor parte del mundo. El mundo musulmán odia a Occidente, no confiamos en la mayoría de nuestros políticos, que acuden a los llamamientos emocionales y a las mentiras para ganarse al electorado (como Bush y Blair), los partidos de ultraderecha están conquistando terrenos electorales importantes y la superpotencia norteamericana puede fácilmente desestabilizar todo el planeta. A todo ello se añade que la gente siente que los gobiernos de sus países ya no tienen el pleno control de sus economías nacionales. Las empresas multinacionales y el sistema bancario mundial son los que llevan las riendas, y sólo se rinden cuentas a ellos mismos”.