En la vida, hay muchas cosas que se hacen sólo para poder contarlas. Luego hay otras historias inventadas que pueden ser más interesantes que la vida. Lo difícil, lo realmente difícil, es contar una buena historia, se cierta o falsa. Aquí tienen a un maestro.
René Lavand hacia magia con la narración. Cada una de sus palabras es un hechizo. A veces he pensado que si en sus manos no hubiese una baraja daría lo mismo. Escucharle ya es una puerta abierta al milagro. Aunque con una baraja es todavía mejor. Al maestro le vale su charla y 52 naipes para montar una historia tremenda. Sin efectos especiales, sin 3-D, sin música, sin fuegos artificiales. Aquí tienen un ejemplo sublime.
Lavand está a punto de llegar a Vitoria para presentar Magialdia, el mejor festival de ilusionismo de Europa. Eso sí que es magia. Disfrútenlo.