Estos días no se vislumbran héroes en la democracia, que navega espesa, saldando cuentas consigo misma. Y, sin embargo, en sus aledaños brotan especímenes que pasan a ser glorificados por los suyos. Les harán manifestaciones de apoyo, venerarán sus fotos, exaltarán sus nombres. La izquierda abertzale heroifica a quienes amenazan la convivencia.

Cuando el otro día detenían a los (presuntos) jefes de Segi, un lector escribía su comentario en el periódico digital. Venía a decir que, total, éstos no habrían hecho nada, quizás gritar gora ETA y quemar un par de cajeros automáticos. Que, por tanto, detenerles era una tropelía más de la (mal) llamada democracia española. Lo decía más a lo bruto, ustedes saben. Parecía hablar en serio, no era un fake. Es lo que piensa la parte sectaria de la sociedad vasca. Entre nosotros resulta muy porosa la definición de la democracia. Socialmente hablando, me refiero.

Segi es una organización terrorista – así está declarada – y hay amplia experiencia sobre su historial belicoso y el de sus predecesores. No creo que nadie se haya engañado nunca sobre los chicos de Jarrai ni pensado que su objetivo sea ayudar a las ancianas a cruzar la calle o cantar bellas canciones de amor en los atardeceres de Euskal Herria. Además, les han incautado boletines y propaganda de ETA y material para fabricar cócteles molotov… Los suyos no les mitifican por esto, como cabría esperar de gente que asegura ir de cara. “El entorno” ha relatado que los detenidos son buenos chicos, con gran compromiso social (sic), universitarios (esta vez lo presentan como positivo), dados al activismo lúdico, político y cultural, representativos de los jóvenes de la izquierda abertzale, lo más culto y mejor de la juventud vasca.

Ante tanta entrega humana, “el entorno” concluía ayer que las detenciones han sido una redada contra la disidencia. Hoy toca más gato por liebre. Aseguran que los han arrestado por ser “jóvenes independentistas”. Habrá manifestación para defender “el derecho al ejercicio de todos los derechos”, una rara expresión, de interés. ¿Se niega el derecho a ejercer todos los derechos? ¿Entre los derechos todos cuyo derecho a ejercitar se reivindica está el derecho de asociación terrorista?, ¿los de kaleborrokear, fabricar cócteles molotov, quemar cajeros y autobuses? ¿El derecho a todos los derechos incluye el derecho al chantaje social?

Desazonan en esta coyuntura las reticencias del PNV. Ha estado insidioso. Urkullu dijo que confiaba en que las detenciones estuviesen razonadas y no fuesen para la foto. El diputado de Vizcaya sugiere que se han hecho para tapar el debate sobre el “Alakrana”. No da pruebas. No dice por qué lo dice pero lo dice. Resultan frívolas estas insinuaciones.

Si el esfuerzo que el nacionalismo moderado dedica a equidistar entre la democracia y la barbarie lo volcase en combatir a ésta otro gallo nos cantara. Al menos, sería más difícil que se confundiese a los matones de barrio con heroinos de secta.