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La caída de España

Los tiempos de grandes mutaciones renuevan el lenguaje. Las nuevas metáforas y giros lingüísticos vienen a definir una época. Por lo que se ve, las crisis generan expresiones drásticas, imponentes. Lo muestran dos ejemplos. Uno figura aquí, el siguiente en la próxima entrega.

El de hoy es “la caída de España”. Es un concepto nuevo, pues en el actual uso público apenas tiene unos meses. Se ha instalado en el lenguaje y se emplea ya sin que cause extrañeza. “Una caída de España no puede ser descartada”, decía hace unos días el presidente del Círculo de Empresarios. El hombre no parece optimista antropológico, pero la verdad es que el concepto lacerante viene de atrás. “La caída de España arrastraría a la quiebra a la banca”, se anunciaba en junio. Se decía así y no al revés. Argumentalmente, no es la quiebra bancaria lo que provocaría la caída de España. Ésta, en toda su abstracción y contundencia, es la madre de todas las caídas. “La caída de España será un desastre para la Unión Europea”: el vaticinio es de febrero. Desde entonces, sutilmente el debate ha dejado de ser si saldremos o no de la crisis: se han desgastado los brotes verdes y la luz al final del túnel. El debate es si España caerá o no. Y, poco a poco, se desplaza a cuándo caerá y a cuántos se llevará por delante.

¿Los problemas de Portugal provocarán “la caída de España”? La pregunta, de hace un par de meses, se va transmutando en la inversa. Los noruegos “proyectan un demoledor documental sobre la caída de España”, como quien hace una película sobre la caída del imperio romano. Y así sucesivamente. Con frecuencia los mandos de la UE dan en reunirse para evitar la caída de España (o para preparar el sálvese quien pueda cuando caigamos).

Subyuga que el concepto recién acuñado, tajante y devastador, circule con la facilidad con que lo hace. El giro lingüístico (de Champions League a la caída, que será más dura por venir de tan alto) es lo que nos condena y expulsa del paraíso. Cabe recuperarse de deudas y de ajustes, pero no de que te hayan visto como caído y se hayan compadecido de ti o temido las salpicaduras.

¿Qué es la “caída de España”? En la nueva acepción, que tengan que venir a rescatarnos. Lo que temen es socorrernos. Por eso les da miedo nuestra caída. Natural.

[To be continued]

Por Manuel Montero

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