Algunas hace, pero le atribuyen hasta las que no. A veces el apóstrofe a Zapatero no suena sólo a reconvención política. Parece condena bíblica. Véase lo de México hace unos días:
“Acusamos a Rodríguez Zapatero de intromisión ideológica, de querer imponer la agenda socialista del aborto y los matrimonios homosexuales en el Distrito Federal”.
¡La culpa de que se haya aprobado el matrimonio homosexual en México DF es de Zapatero! “Se ve la influencia del Partido Socialista Obrero Español (PSOE) y el programa socialista del presidente español, José Luis Rodríguez Zapatero”.
Todo indica que esta boutade va en serio. El autor del dicho, sin duda fino analista, quizás no se haya enterado de que México se independizó de España hace ya casi un par de siglos, por lo que allí el influjo de los presidentes españoles ha decaído mucho. O bien cree que Zapatero tiene superpoderes e influye a través del éter, o que los diputados del DF son incapaces de tener una idea.
El orador, Armando Martínez, presidente del Colegio de Abogados Católicos de México, no es un mindungui. Por lo que se ve, es portavoz de Dios.
Es portavoz de Dios en La Tierra (al menos en la parte mexicana de la misma). Se deduce de la afirmación con la que justifica sus posiciones:
“Simplemente no es voluntad de Dios sostener actos homosexuales”.
Lo raro no es sólo que la voluntad de Dios sea sostener actos heterosexuales, como se deduce del texto y del contexto – si en vez de en México este hombre vive en Irlanda lo detendrían por blasfemia, que otros católicos la han pasado allí de pecado a delito -. Lo más extraño es que Armando sepa la querencia de Dios en el trance amatorio, que ya es intimidad. ¿Cómo la conocerá? ¿Será revelación, comunicación íntima, le habla Dios en sueños, le llama por teléfono, le escribe un e-mail? Un superhéroe.
Por eso lo tiene crudo Zapatero. Tal y como le retrata este abogado, al que se ve con relaciones divinas, seguro que va directo al infierno.
A Armando Martínez – que amenaza con meterse en política por encima de los partidos, para “defender los valores y principios de los católicos de la ciudad de México” – le debemos otra afirmación singular. Acusa “a los diputados locales [los del DF] que promueven los matrimonios entre personas del mismo sexo de provocar homofobia en México”.
Es como el sudista que se oponía a acabar con la esclavitud porque así aumentaría el racismo.
Este hombre es un crack. Y tiene idealizado a Zapatero. Lo que no se le entiende es por qué éste sólo ha generado matrimonios homosexuales en el DF y no en Veracruz, Monterrey, Guanajuato, Tijuana o el mismo Cuernavaca. A lo mejor es un castigo de Dios a los defeños por sus pecados. Por votar al PRD. Les envía a Satán ZP.
Metido en gastos, el espíritu del maligno Zapatero podía haber recorrido todos los países instigando a lo mismo. Quizás hay algo y se ha encarnado en Ushuaia, al sur de Argentina, donde se ha celebrado un matrimonio homosexual. Qué casualidad: otro abogado católico – de la agrupación Cristo Sacerdote – pide que se anule ipso facto.
Buenos son los abogados católicos para que se les escape una.
¿En la Moncloa estarán contentos de que por ahí le supongan a Zapatero tal ascendiente, ahora que durante seis meses le toca ser gran estadista internacional?