DANIEL CALPARSORO DIRECTOR
El cineasta donostiarra, que tiene ‘Combustión’ en los cines, reconoce que ya no saca sus vísceras: “Se las saco a los demás”
Daniel Calparsoro reconoce que hasta su mujer (la actriz Patricia Vico, madre de su hijo de seis años) le dice que se ha aburguesado. Aquel “enfant terrible” lleno de ira y de rabia que debutó hace casi 20 años con “Salto al vacío” es hoy un eficiente director de encargo que sigue teniendo mano maestra en las secuencias de acción. Calparsoro, que no competía en un festival desde “A ciegas” (1997), presentó en Málaga “Combustión”, una cinta de carreras de coches ilegales y enredos criminales y amorosos con actores de buen ver e indisimulada vocación taquillera. El filme, ya en los cines, se beneficia del carisma -y cuerpazo- de Adriana Ugarte, Álex González y Alberto Ammann.
– ¿Le han puesto alguna vez una multa por exceso de velocidad?
– Dos. De 50 euros, tampoco iba muy deprisa. Me encantan los coches y la velocidad, pero soy padre de familia, voy con un niño pequeño. Y no hay cosa que me guste menos que alguien haciendo el gamba al volante, porque es una bomba de relojería. Lo creo de verdad, no lo digo por ser políticamente correcto. De hecho, todas las carreras de la película están rodadas en circuitos cerrados.
– ¿Esas carreras ilegales con coches de lujo se celebran en la vida real?
– Por supuesto. Nosotros nos hemos alejado de las carreras oscuras y nos hemos centrado en las de alto standing, donde van más a enseñar el coche que a otra cosa. Las hemos rodado como videojuegos. Corren Lamborghinis, Ferraris… Coches de 700 caballos que el que menos vale medio kilo. Lo contrario del tuning, vamos. Yo no me los puedo pagar, je, je.
– ¿Entiende el coche como símbolo de estatus?
– Yo tengo un amigo al que su padre le dejó 25 millones de pesetas de herencia. Y se compró un Ferrari de segunda mano. Son las prioridades que tengas en la vida. Puedes querer una casa, una familia y pagarle el colegio a tu hijo, o ahorrar tu sueldo de camarero y comprarte un cochazo. Y ese es tu momento. Hay gente que es así. El personaje de Mikel (Álex González) lo deja todo por una chica y es feliz.
– Ha hecho una película dirigida al público joven, que no esconde su vocación comercial.
– “Combustión” es una película para disfrutar, la puede ver gente de 15 a 45 años. Cuando el productor, Paco Ramos, me ofreció el proyecto me llamó la atención el elemento lúdico. Y la historia: ese viaje al lado salvaje de la vida del protagonista. La historia de amor es muy básica pero muy potente: cómo un tío se encoña con una mujer y es capaz de dejar todo lo que tiene -pareja, trabajo- por irse con ella, sin saber si va a durar. De eso va “Combustión”. En un momento en España donde tenemos la sensación de que nos han robado el futuro cuento una historia para disfrutar.
– Visualmente es impecable.
– La fotografía está muy cuidada, la estética invita a la sensualidad y la banda sonora de Carlos Jean es muy emocional. Te dan ganas de irte de copas cuando acaba la película. Y lo más importante: tres actores buenísimos que desprenden luz propia, no dejas de quererles aunque hagan cosas malas. En el personaje de la chica buscaba más ambivalencia, quería una mujer fatal contemporánea que cae en su propia trampa, una Rita Hayworth actual.
– Le siguen gustando las chicas fuertes.
– Me encantan, en la vida y en el cine. Buscaba a una mujer con una carga sensual fortísima, manipuladora pero que al final acaba enamorándose de su víctima. Buscaba la luz. Y que la película fuera española, no americana, que los personajes fueran de aquí y sus pasiones y engaños sonaran latinos.
– La rabia de sus inicios, de “Salto al vacío”, “Pasajes”… ¿Se ha ido atemperando o está presente en las imágenes de “Combustión”?
– Está presente de una manera muy distinta. Entonces era rabia, ahora es fuerza. Tengo 45 años. Mi pareja me dice que estoy completamente aburguesado, y no te voy a decir que no. Estos motores de coche rugen con mucha fuerza, hay una sensación vital, una energía que me la han aportado generosamente los tres protagonistas. La rabia la tienes o no. La vida pasa demasiado rápido, puedes envejecer físicamente, pero el gran drama viene cuando eres un señor de 75 años y por dentro te acuerdas de tu primera novia. Digamos que ya no saco mis vísceras, sino que se las saco a los demás.
– Pasó dos años intentando levantar en Estados Unidos un filme de terror y el “remake” de una película suya, “Ausentes”. ¿Le ha quedado alguna espinita?
– Tengo tantas espinitas… Cuanto más viejo, más espinas tienes, eso también te mantiene joven. Al “remake” dije que no porque no quería volver a hacer la misma película otra vez. Me marearon durante bastante tiempo, Hollywood es lo que tiene. No descarto volver a intentarlo, aunque en España he tenido una racha muy buena. No competía en un festival importante desde Venecia, con “A ciegas”. Estoy nervioso pero contento. Mi ambición es conectar con el público.
– El cine español le agradecería un taquillazo.
– No quiero tener esa responsabilidad. Soy director, nada más.
– ¿Qué le parece el cierre de Alta Films, la distribuidora de cine independiente de Enrique González Macho?
– Si quieres que te diga la verdad, es tan sencillo como que una empresa quiebra, como tantas otras. Por mala gestión o lo que sea. No me parece nada más que eso. El tinte ideológico que se le da al asunto es un poco maniqueo. Me da muchísima pena que cierre, porque traía películas cojonudas, pero espero que haya otra empresa que ocupe su lugar. ¿Te he dejado planchado, no?
– No negará que es una pésima noticia.
– Hay otras distribuidoras independientes, no es el fin del mundo. El cine de autor funciona bastante bien, tiene el público más fiel. Y después está la gente mayor. Los jóvenes van a ver cine americano fundamentalmente.
– “A ciegas” abordaba el terrorismo. Si ahora se barajaran películas sobre ETA su nombre saldría como candidato a dirigirlas. ¿Le apetece?
– Lo he pensado mil veces, porque es un tema que me ha tocado muy de cerca. Hay que ser pragmático, al final todo se resume en tener un buen guion. Y es falso eso de que la gran película sobre ETA esté por hacer. Imanol Uribe rodó en su día dos cintas potentísimas, “La fuga de Segovia” y “Días contados”. Como es algo tan cercano, parece que nos cuesta encontrar el ángulo correcto. Claro que tampoco sé si al público le interesaría una película sobre ETA.
(Entrevista publicada en el diario EL CORREO el 22 de abril de 2013).