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Oskar Belategui

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“Esta crisis es una tragedia inevitable”

HANIF KUREISHI  ESCRITOR

 

El novelista británico ha escrito el guion de ‘Le Week-end’, la agridulce crónica de un matrimonio maduro en crisis

De padre paquistaní y madre británica, Hanif Kureishi (Londres, 1958) ha narrado mejor que nadie la ira y el desencanto de la Inglaterra de los suburbios en la era Thatcher y los conflictos de la identidad cultural. El cine ha adaptado felizmente sus novelas en títulos como “Mi hermosa lavandería”, “Sammy y Rosie se lo montan”, “El Buda de los suburbios” e “Intimidad”. Presentada en el pasado Festival de San Sebastián, donde obtuvo la Concha de Plata al mejor actor para Jim Broadbent, “Le Week-end” no es una excepción.
Un matrimonio británico de profesores pasa un fin de semana en París para recordar su luna de miel tres décadas atrás. Sus hijos ya vuelan por libre, y a ellos solo les queda hacer recuento de sus miedos y decidir si existe una razón para seguir juntos. Dirigido por el autor de “Notting Hill”, Roger Michell, “Le Week-end” es un filme inteligente y agridulce, elegante y sutil, que se beneficia de un guion maravillosamente escrito por Kureishi y que arrasará entre el público maduro. Llega a los cines españoles el próximo 5 de diciembre.

– De hablar de punkis furiosos en lavanderías a contarnos el viaje de un matrimonio jubilado a París. ¿Se ha aburguesado Hanif Kureishi?
– Ja, ja. Me gusta pensar que soy un escritor profesional desde hace mucho tiempo. Lograrlo durante toda tu vida es algo muy difícil. En esta película no hay mucha acción, de acuerdo. Pero ocurren cosas de enorme importancia. Una pareja que envejece en París sigue manteniendo conversaciones, ¿no? Escenas cotidianas, pero muy importantes.

– ¿Ha llegado a alguna conclusión de por qué una pareja sigue junta después de treinta años?
– Se mantienen unidos porque se formulan esa misma pregunta. ¿Qué hacemos ahora? ¿Tiene sentido seguir juntos? Los matrimonios se mueren forzosamente. Pasas de estar brindando con champán a hablar al minuto siguiente de separarte, así son las relaciones humanas. Según vas cumpliendo años sabes que se te va acabando el tiempo. Y te formulas preguntas muy serias. La figura del matrimonio se ha transformado en Europa Occidental después de la II Guerra Mundial. Todos mis amigos se han divorciado, están separados o vuelven a casarse. Hay un nuevo patrón social, buscar nuevas parejas y nuevas formas de familia.

– Retrata a una generación desencantada, que en su juventud veía películas de Godard y soñaba con cambiar el mundo.
– Muchas de esas transformaciones que ellos soñaban de jóvenes se han producido: la igualdad de las mujeres, los derechos de gays y lesbianas, la sociedad multicultural, la libertad sexual… Lo que no hemos alcanzado es la igualdad social. Es más, cada vez hay una brecha mayor entre ricos y pobres. No creo que esta pareja esté amargada, más bien tienen una visión realista del mundo, de lo que es posible y lo que no. Yo me niego a pensar que la izquierda ha sido derrotada.

– ¿Sabe que esos personajes que muestra son ya casi los únicos que van al cine en España?
– Eso es interesante. Mis hijos solo van a ver las superproducciones de Hollywood. Mi madre sigue yendo al cine porque tiene tiempo y dinero para hacerlo. Será interesante ver qué tipo de público acude a ver “Le Week-end”. Mis hijos no disfrutarían mucho con ella, pero mi generación, los “baby boomers”, creo que sí.

– ¿Cómo están en la Inglaterra de Cameron esos suburbios que usted retrató?
– Las cosas están muy mal para los jóvenes en mi país. Como en España, supongo. El futuro no ofrece muchas oportunidades laborales. Este verano he intentado conseguir trabajo a mis hijos a través de amigos. Y nada. Creo que hay muchas menos oportunidades que en los 70.

– La gran diferencia es que ahora estamos interconectados gracias a las nuevas tecnologías.
– Sí. Ahora mis hijos pueden hacer películas con sus móviles y editarlas en el ordenador. También pueden escribir una novela y colgarla en Internet. Ocurren muchas cosas y muy deprisa. Yo estoy asombrado de la creatividad de los jóvenes. Contar historias sigue siendo algo fundamental para nuestra cultura.

– Usted ha escrito mucho contra la ola de liberalizaciones que inició Margaret Thatcher y que ha llegado hasta nuestros días.
– Esta crisis es una tragedia inevitable. El crecimiento de los bancos, la burbuja inmobiliaria… Todo procede del ideario político materialista de Thatcher. A veces me parece que todavía estamos viviendo bajo su Gobierno…

– En España, la cultura sufre de manera atroz la crisis y los recortes.
– En Reino Unido también están cerrando librerías y hay menos espectadores en el teatro. Esta película la hemos tenido que rodar con un presupuesto muy reducido y en pocas semanas. Solo queda esperar que las circunstancias mejoren. Mientras, la crisis logra que la gente sea más creativa y busque nuevas soluciones. Lo mismo vivimos en Gran Bretaña en los 70, una época que hoy recordamos como un momento de bonanza creativa para el cine y la música. Los tiempos difíciles no son necesariamente malos para los artistas.

– ¿Qué relación guarda con el cine después de tantos años? ¿Sigue enfadándose cuando una adaptación no es fiel?
– Yo no trabajo en la industria del cine, soy novelista. Cada cinco años escribo una película para Roger Michell y él la mejora. No busco trabajo como guionista, prefiero no estar en una industria donde se mueve tanto dinero y hay demasiada gente. Muchas limitaciones.

– ¿Cuál es su responsabilidad como intelectual?
– Ser yo mismo. Los intelectuales y los artistas son muy importantes en el mundo. Muchos de ellos están encarcelados, como en mi país natal, Pakistán, donde es muy peligroso ser periodista o hablar libremente sobre política y religión. Tenemos un deber de decir la verdad sobre el poder, sobre todo en el mundo musulman, donde debemos ser representantes de la libertad.

– ¿Sigue pensando que el Reino Unido es un buen ejemplo de integración multicultural?
– Ha sido muy progresista en su actitud hacia las razas, pero ahora empieza a surgir un odio al emigrante. Yo lo llamo el “emigrante imaginario”, como un zombi o un alienígena que quiere entrar en tu país a robarte tu felicidad, a quitarte a tu mujer y tus hijos. Es una idea fascista repugnante y extendida en Europa estos días.

– Tras el 11-S ese temor al mundo musulmán se ha agudizado.
– El mundo musulmán tiene muchas diferencias en países como Libia, Siria o Pakistán. Comparten una gran capacidad de destrucción. El tiempo dirá si todos esos cataclismos sirven para la causa de la fe y la libertad o más bien para la represión.

– ¿En qué trabaja ahora?
– Acabo de terminar una novela, “La última palabra”, que publicará Anagrama en España. Trata de un escritor anciano de India que recibe a un joven inglés en su casa para que escriba su biografía. ¿Ve? Otra historia de conversaciones. Habla del arte de contar historias y de si es posible tener en algún momento la última palabra.

‘LE WEEK-END’

– Un matrimonio británico regresa a París muchos años después de su luna de miel. Durante dos días saldrán a flote su hastío, sus miedos y el rencor acumulado.
Jim Broadbent ganó la Concha de Plata al mejor actor en el Festival de San Sebastián. Se da como segura su nominación al Oscar.
Dirige Roger Michell, autor de “Notting Hill”, que adaptó a Kureishi en “El Buda de los suburbios”.
– Estreno el 5 de diciembre.

Entrevista publicada en el Diario EL CORREO el 26 de noviembre de 2013.

Por Oskar Belategui

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