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Iñaki Juez

Game Over

Una bruja armada y peligrosa

En el mundo de los videojuegos, enero suele ser el mes de las segundas oportunidades. Es decir, la fecha favorita para los títulos que, por circunstancias varias, no llegaron a tiempo a la siempre lucrativa campaña de Navidad. Es el caso de Bayonetta, de Sega y Platinum Games, que se puso a la venta en España tan sólo dos días después de Reyes. También es mala suerte. En cualquier caso, nos encontramos con uno de los juegos de acción estilo God of War más importantes de la temporada, por lo que no resulta extraño que haya barrido en el siempre difícil mercado japonés. Firmado por los creadores de Devil May Cry, este título tiene todos los ingredientes para triunfar como son su apasionante argumento, un aspecto visual sencillamente apabullante y su endiablada y al mismo tiempo más que medida jugabilidad para hacerlo apto a todos los públicos.



La acción nos sitúa en Vigrid, una inexistente ciudad europea, donde la bruja Bayonetta se dedica a cazar ángeles y otras criaturas similares formando parte de una auténtica batalla entre el inframundo infernal y el paraíso celestial. Casi nada. No voy a añadir nada más para no destripar la historia que contiene elaborados giros argumentales e interesantes personajes en el que sobresale Jeanne, la enemiga declarada de nuestra heroína. A diferencia de otros juegos similares totalmente carentes de sorpresas, Bayonetta incluye un minijuego de puntería, bastante divertido, y puzzles, al más puro estilo aventura gráfica, para poder seguir avanzando a lo largo de sus trabajadas fases a golpe de activación de palancas ocultas en largos pasadizos. Algo que se agradece en estos tiempos que corren de acción sin pausa. De hecho, la exploración de los escenarios será fundamental para descubrir todos los secretos que guarda en su interior y que se traducirá en un significativo incremento de nuestro score personal en una aventura que nos ofrece muchas horas de juego.


En este aspecto, hay que destacar que nuestra heroína, bruja para más señas, porta dos armas de fuego y otras dos más en los tacones de sus botas, Vamos, una tipa de lo más peligrosa y sumamente divertida a la hora de jugar con ella. De hecho, es como Lara Croft, pero a lo bestia. En ese sentido, la variedad de combinaciones de ataque, tanto terrenales como aéreas, es, sencillamente apabullante, lo que garantiza muchas horas de juego si pretendemos ser unos maestros en la materia. Por si fuera poco, estas combinaciones cambian dependiendo del tipo de arma, por lo que es interesante acceder a la típica tienda, en esta ocasión conocida como ‘Gates of Hell’, para mejorar nuestro arsenal. Así, podemos comprar desde katanas a lanzamisiles. Más variedad imposible. Pero aún hay más. Como si de un RPG se tratase, también podemos emplear la magia en nuestras ofensivas, lo que aporta ese plus de espectacularidad que requiere un superventas. Y todo ello sin perder en ningún momento el control absoluto sobre el personaje principal.


Eso sí, todo lo anterior no serviría para nada si Bayonetta no tuviese un buen nivel gráfico. En este caso, nos encontramos con un juego muy pero que muy bonito, aunque quizás su estilo barroco pueda abrumar a más de uno. Todo ello se refleja tanto en sus trabajados escenarios como en el diseño de los personajes, cada cuál más inquietante. En ese sentido, los principales personajes llaman la atención por su gran definición tanto en su modelado como en las texturas empleadas. A todo ello se le une unos maravillosos efectos de luz que iluminan, en el sentido literal de la palabra, las escenas de acción que se desarrollan ante nuestros ojos sin que se produzcan las tan temidas ralentizaciones. Todo un mérito por parte de los programadores. Y si a todo esto le unimos una banda sonora digna de cualquier película épica, con más de 150 temas de compositores clave en el sector de los videojuegos, tenemos ante nosotros una compra imprescindible para los usuarios de la PS3 y Xbox 360 que nos dejará, y nunca mejor dicho, hechizados.

Temas

bayonetta, ps3, xbox

Por Iñaki Juez y Pablo Fernández Polanco

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enero 2010
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