Ya comenté aquí, que en la pasada Euskal Encounter se pudo ver un torneo de Counter Strike con jugadores profesionales de talla internacional. Para los que todavía no lo sepan, se trata de un vibrante shooter en primer persona online que nos permite formar parte de dos grupos bien diferenciados. Por un lado, están los terroristas y, por otro, unidades de élite especialmente entrenadas para desarticularlos. La mecánica es bien sencilla: se trata de eliminar a todos los oponentes en campos de batalla creados para la ocasión. En ese sentido, las emboscadas y las acciones evasivas son fundamentales para sobrevivir. Vamos, que no puede ser más divertido, tanto para jugarlo como para verlo.
Pues bien, ejercitando mis bíceps con el mando a distancia me encontré con que el segundo canal de Eurosport estaba televisando un torneo de Counter Strike. Así, como suena. Los dos locutores narraban las vicisitudes del juego con tal pasión que parecía que estaban retransmitiendo un partido de
Finalmente, ganaron los alemanes, muy metidos en la piel de terroristas sin escrúpulos. Pero eso es lo de menos. Lo de más es contemplar como una cadena de deportes incorpora a su parrilla de programación un torneo de Counter Strike como si se tratase del Open de Australia de tenis. Pues nada, que ahora que falta tan poco para las olimpiadas no estaría de más que por fin los videojuegos tuviesen su hueco en la lucha por las medallas. Muchos dirán que darle al pad no constituye un deporte. Disiento. Sólo con ver cómo sudaban los jugadores en su intento por machacar al adversario puedo asegurar, sin equivocarme, que algún kilo ya perdieron ese día. Y sin usar