Ante todo, mucho ánimo para todos aquellos que volvéis de las vacaciones. Estoy con vosotros en cuerpo y espíritu. Menos mal que siempre nos quedarán los videojuegos para atenuar los efectos del inevitable proceso de adaptación a nuestros quehaceres diarios. Aunque algunas veces, leo noticias relacionadas con el ocio cibernético que me devuelven a la dura realidad. Y es que el intento del Reino Unido de prohibir la venta de la nueva edición de Medal Of Honor me parece, sencillamente, escandaloso. Al parecer, las autoridades británicas consideran de “mal gusto” que una de las franquicias bélicas más importantes de los últimos tiempos ofrezca en esta nueva entrega la posibilidad de enrolarnos en las fuerzas talibán y asesinar a soldados británicos. Por si fuera poco, Electronic Arts ha colgado en Youtube un vídeo promocional donde se muestra a un guerrillero talibán luchando en la provincia de Helmand, al sur de Afganistán, donde las tropas británicas tienen su base central. Todo un escándalo para el ministro de Defensa de este país, Liam Fox, quien recordó que “hay niños que han perdido a sus padres a manos de los talibanes y hay mujeres que han perdido a sus maridos”. Por todo ello, no ha dudado en calificar al juego como “antibritánico” e insta a los comerciantes locales a que “muestren su apoyo a nuestras Fuerzas Armadas y prohíban este producto de tan mal gusto”. Casi nada.
Por su parte, un portavoz de Electronic Arts, argumentó, ante la controversia generada, que “el formato del nuevo Medal Of Honor simplemente refleja el hecho de que en todo conflicto existen dos bandos”. “Damos a los jugadores la oportunidad de jugar en ambos. La mayoría de nosotros llevamos haciendo esto desde que teníamos siete años: alguien juega a ser el policía, y alguien tiene que ser el ladrón. En Medal Of Honor, alguien tiene que ser el talibán”, explicó. Se puede decir más alto pero no más claro. De hecho, esta franquicia es famosa por recrear a la perfección la brutalidad de la guerra en diferentes épocas. Es verdad que es más fácil ambientar el juego en la Segunda Guerra Mundial donde las heridas están prácticamente cicatrizadas que en un conflicto moderno donde se sigue luchando cuerpo a cuerpo, pero la guerra sigue siendo igual de injusta y desagradable ahora como hace 60 años. El Reino Unido, como el resto de países aliados, lucha en Afganistán por instaurar la democracia y la libertad frente al autoritarismo de los talibanes que se dedican a imponer a la población su particular visión de la realidad bajo el prisma de un el fundamentalismo religioso a la población por las buenas o por las malas. Mal ejemplo están dando las autoridades británicas a estos países que pretenden democratizar impidiendo en su propio territorio las formas de expresión que consideran antipatriotras. Un ejemplo más de que los talibanes no sólo están en Afganistán…