Vale, lo reconozco. Estoy enganchado al Resident Evil 5. Ya sé que para mi PS3 hay mejores juegos, pero la nueva entrega de la madre de todas las sagas tiene todo lo que quiero. Acción a mansalva y sangre, mucha sangre. Vamos, lo mejor para desestresarse tras una dura jornada de trabajo. En ese sentido, Capcom lo ha vuelto a conseguir. Y lo mejor de todo, con unos gráficos alucinantes dignos de la era de la alta definición. El argumento es lo de menos, aunque el hecho de que la acción transcurra en un país africano le da un toque original al juego. En ese sentido, ya paso de buscar nexos argumentales entre las diferentes entregas como si se tratara de una película de Star Wars, aunque claramente constituye un capítulo final con constantes guiños para los seguidores de la serie. Lo importante es evitar ser devorado por mutantes contagiados por un parásito que convierte a personas y animales en monstruos sedientos de sangre. Como siempre. Eso sí, este título se basa en un modo cooperación, con el que podemos manejar al carismático Chris Redfield, en su eterna lucha contra la corporación Umbrella, y a Sheva Alomar, su atractiva compañera. Eso sí, no puedo pasar por alto que esta filosofía jugable tiene sus detractores entre los fans de este survival horror. No es mi caso, aunque es recomendable jugar con otra persona de carne y hueso ya que dejar el control de uno de los protagonistas a la máquina puede dar más de un problema.

El caso es que tenemos que sobrevivir a toda costa en el poblado de Kijuju, cuyos habitantes están infectados por un parásito mientras descubrimos las nuevas ramificaciones de la enigmática corporación, con algún que otro sorprendente giro argumental. En ese sentido, las espectaculares escenas cinemáticas ayudan, y mucho, a entender la trama además de aportar un claro ‘look’ cinematográfico al juego. Precisamente, junto al buen guión, los gráficos son otro de los puntos fuertes de Resident Evil 5. De hecho, Sheva Alomar es una de las mejores heroínas que he visto desde hace bastante tiempo, con permiso de mi amada Lara Croft. El aspecto visual del juego es, desde luego, irreprochable, sobre todo sus variados, y en algunos casos sorprendentes, escenarios que logran hacernos sentir que realmente estamos en África. Otra cosa es el manejo de los protagonistas, a mitad de camino entre el sistema clásico de las primeras entregas y los shooters de hoy en día. Claramente mejorable por la rigidez de sus movimientos, pero, de alguna manera, fiel a la saga. Pero no todo es lo mismo. Los momentos en los que tendremos que conducir vehículos o hacer de francotiradores en lugares elevados aportan una nota de frescura al conjunto.

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Con todo ello, hay que reconocer que Resident Evil 5 no aporta nada nuevo al mundo de los videojuegos. Ni tan siquiera a la propia saga, ya que su planteamiento es un calco a la anterior entrega. En ese sentido, no me extraña que sus creadores vayan a partir de cero y aprovechar todo el potencial tecnológico de las consolas de última generación para crear lo que será una nueva era de este particular universo que ha tenido hasta sus propias versiones cinematográficas. Por eso, esperemos que la compañía nipona incorpore nuevos planteamientos jugables en el próximo capítulo, aunque sea a riesgo de equivocarse. Eso sí, creo que la franquicia derivará en un shooter de tomo y lomo para cargarnos online a multitud de zombies y demás monstruos infectados por el virus asesino. De hecho, este giro puede apreciarse ya en este título, ya que dispondremos de abundante munición y armamento para ir incorporándolos a nuestro limitado inventario, además de los espectaculares combates cuerpo a cuerpo con los zombis y los siempre complicados enemigos finales. Hasta entonces, disfrutaré a tope de esta nueva entrega que esconde muchas sorpresas en forma de extras desbloqueables. El juego, desde luego, lo merece.