El martes nació por fin Olga, mi hija, así que no estoy teniendo la semana más rockera de mi vida. Pero, claro, a lo mejor no tiene mucha gracia cambiar el nombre de la sección y recomendar el pañal de la semana, de modo que (un momento, que la niña llora) disimularé y tiraré de lo poco que (un momento, que parece que se mueve raro) he escuchado estos días (un momento, los gases) para colgarles la espléndida Burning Mirrors, que abre el primer álbum de Lumerians. Los Lumerianos en cuestión son un quinteto de Oakland que intenta reproducir “el sonido de los miles de millones de conexiones de tu cerebro encendiéndose y apagándose en perfecta armonía”. Eso se traduce en una especie de psicodelia contemporánea con afición y propensión al ruido, pero también con detalles muy finos como la línea de bajo de esta canción, de esas que invitan a la repetición eterna. Yo iba a citar a Loop y quizá a Can, pero me he topado con lo que pinchó el grupo en una sesión para la emisora KUSF y me he quedado estupefacto: estos “eruditos garajeros de lo extraño”, como se definen con cierta presuntuosidad, pusieron a Las Grecas, Los Amaya y su Combo Gitano y los peruanos sesenteros Traffic Sound con su clásico Meshkalina, aparte de otros cuantos nombres que (con la excepción de la Orchestre Poly-Rythmo de Cotonou) desconozco por completo y tendré que explorar. Pero… ¿cuándo? ¿Cuándo, hija, cuándo?
Por cierto, ¿cómo ven esta música para una niña de cinco días? ¿Espero mejor a que tenga un par de semanas?