Dicen que el folk está de moda, pero es que hoy en día llaman folk a cualquier cosa que se toque con instrumentos acústicos: el cantautor con guitarra de palo de anteayer es hoy un orgulloso reivindicador del folk. Y no se trata de eso: el folk de verdad, entendido como herencia procedente de un pasado lejano y como continuidad cultural en este mundo cambiante, sigue siendo un género tremendamente underground, que mantiene sus aficionados a ultranza y sus propios canales de difusión.
Uno de los más importantes -al menos, para los que no tenemos ni idea de esto- es el programa Tarataña, que se emite los domingos por la mañana en Radio 3. Al igual que nos sucedía antes con el activista y desaparecido Trébede, a veces los profanos establecemos gracias a él ocasionales contactos con la escena, y eso es lo que me ocurrió a mí el domingo pasado con esta versión del Romance de Adela a cargo de la vocalista cántabra Esther Terán. A dúo con Pilar Fernández y con acompañamiento del rabel de Esteban Bolado, le ha quedado una cosa impresionante. Según leo por ahí, el Romance de Adela es célebre y lo han interpretado formaciones de renombre como el Nuevo Mester de Juglaría, pero yo lo descubro a estas alturas con pasmo y reverencia. Y, enlazando un poco con el comienzo, les copio una de las declaraciones de Esther Terán en esta entrevista con los compañeros de El Diario Montañés: «Intento ser lo más purista que puedo. Si alguna vez no lo consigo, me duele mucho. El que quiera innovar ya no está haciendo música tradicional, lo que no quiere decir que igual dentro de cien años se considere tradición folcórica. Intento que, cuando canto, me diga la gente mayor como mi abuela: ¡Así se cantaba!».