Como escribía alguien por ahí, con estas cosas nunca se sabe, pero así en principio resulta muy improbable que Scout Niblett acabe haciendo un dueto con Beyoncé o con Robbie Williams en alguna entrega de los Grammy. La cantautora británica, que en realidad se llama Emma Louise y tomó lo de Scout de la novela Matar a un ruiseñor, es un plato difícil de tragar que se sirve casi sin guarnición: lo suyo es un minimalismo áspero de guitarra, a veces batería y voz sufriente. A mí me recuerda sobre todo a la PJ Harvey de los comienzos, quizá porque, igual que ella en su momento, Scout ha elegido como cómplice al productor Steve Albini, que en este Cherry Cheek Bomb saca a la guitarra la textura que tanto le gusta, pesada, rugosa, con algo de gemido orgánico. El tema es uno de los más intensos de su nuevo álbum, titulado The Calcination Of Scout Niblett, un disco que les recomiendo siempre que este primer bocado no se les atasque y les provoque asfixia.