Uno empieza a notar que se hace viejo cuando, para hablar de músicos que le interesan, se ve obligado a perderse en introducciones previas que permitan ubicarse a las nuevas generaciones. Qué le vamos a hacer: ya saben que las devociones más duraderas se gestan en la adolescencia, de manera que, muchos años después, uno sigue hablando como si tal cosa de grupos que no existen hace décadas.
Los Cocteau Twins, por ejemplo, se disolvieron en 1996, hace trece añitos, cuando algunos de ustedes estaban aprendiendo la tabla de multiplicar. Así que a lo mejor ni siquiera basta con que les diga que Elizabeth Fraser, firmante de nuestra canción de la semana, era la vocalista de Cocteau Twins, sino que además debería ponerles en situación: partiendo del siniestrismo de los primeros 80, el grupo escocés creó un universo propio definido por la voz privilegiada de Elizabeth (solían describirla como etérea, pero en ocasiones sonaba bastante poderosa) y las guitarras tratadísimas de su compañero sentimental, Robin Guthrie, que imagino influyeron mucho a toda la escena shoegaze.
Desde la disolución del grupo, que fue un poco posterior a la de la pareja, la que algunos críticos llamaban «la voz de Dios» se mantiene bastante callada, exceptuando algunas colaboraciones con gente como Massive Attack y contribuciones a bandas sonoras. También circula por ahí (bueno, yo me enteré la semana pasada) esta maqueta en la que canta a dúo con Jeff Buckley, con quien mantuvo un romance. Pero el caso es que Moses, una especie de trip-tango-hop (¡¡¡halaaaaaa!!!) recién editado, es el primer sencillo en solitario de su carrera, y parece que se ha decidido a sacarlo sólo por rendir tributo al fallecido Jake Drake-Brockman, un amigo que participó en la grabación. Ella es así.