
No solemos tener muchas versiones como canción de la semana. Yo creo que no llegarán a diez (de un total de casi ochocientas), y además la mayoría eran temas que yo no conocía antes, así que, para mí, era como si se tratase de originales. Pero esta semana traemos una versión de una canción que siempre me ha gustado muchísimo: se trata de Terry, un pequeño clásico que Kirsty MacColl editó en 1983 y que, un par de años más tarde, ya fue objeto de una revisión muy conocida a cargo de la comedianta Tracey Ullman, que se nutrió unas cuantas veces del material de Kirsty y, en esta ocasión concreta, se limitó a grabar su voz encima de las bases del original. Leo en Wikipedia que, de hecho, Kirsty había compuesto la canción para Tracey, pero el sello Stiff se empeñó en que la publicase ella misma. Ah, la canción también tiene cierta fama en las redes por una curiosísima actuación de Kirsty en el programa alemán de televisión Musikladen, donde le sirvió de guitarrista de acompañamiento (bueno, de falso acompañamiento, porque es playback) el mismísimo Lemmy, el de Motörhead, con elegante atuendo y actitud cool. Venga, lo cuelo aquí por la cara, para regocijo general.
El caso es que acaba de salir una nueva interpretación de Terry que me parece ideal para empujarle a uno a vivir por las mañanas. La firman los daneses Big Mess, un cuarteto especializado en caramelos hipervitaminados, con melodías irresistibles y guitarreo ramoniano. Vamos, lo que ellos denominan «pop bestial». Son unos versionadores entregados y eficaces que en discos anteriores se han pasado por la piedra desde el Hanging”round de Lou Reed hasta The Winner Takes It All de ABBA, pero con Terry se produce una fusión perfecta: ya sé, ya sé que está muy visto eso de añadirle energía punk a una canción pop que ya era perfecta, pero… ¿quién se resiste a esto?