Con eso de que, cuando llega la hora de los balances de fin de año, los responsables de la sección de Cultura nos suelen pedir a los más musiqueros que seleccionemos nuestro disco y nuestro concierto favoritos, me he acostumbrado a confeccionar un hit parade de los artistas a los que voy viendo en directo. Pues bien, mi lista del año pasado estuvo encabezada durante unos meses por esta gente que nos ocupa hoy, los californianos VR SEX, que en febrero de 2023 desencadenaron una poderosísima explosión de energía en las dependencias bilbaínas de Donations Project. Hay quien identifica el post-punk siniestrillo con languidez y afectación, pero aquello fue un bolo arrollador, tremendamente físico, que puso a bailar incluso a macetas como yo. Tuvieron que llegar unas leyendas como Godflesh para relegarlos al segundo puesto, pero llegué a plantearme un liderazgo ex aequo, como reconocimiento a dos manifestaciones radicalmente diversas de un mismo corazón oscuro.
VR SEX (vamos, el sexo en realidad virtual, algo que no siempre da un resultado decoroso en los buscadores) es el proyecto de «post-punk psicodélico» o «punk ácido» de Noel Skum, más conocido como Andrew Clinco e incluso como Deb Demure en su faceta de líder de Drab Majesty. Su intención con VR Sex era canalizar sonidos más potentes, y quizá por eso la cosa ha acabado creciendo hasta convertirse en el intenso quinteto de hoy en día. En marzo lanzan su nuevo álbum, un ramillete de canciones sobre «lujuria retorcida, emociones baratas, dinero sucio, delincuentes condenados al fracaso y romance en ruinas» que, desde luego, promete mucho si lo juzgamos por el que fue su primer adelanto, este Real Doll Time.