Nos gustaba Cass, la chica más guapa de la ciudad. Vale, eso es el primer verso de la canción que nos ocupa, pero también es de algún modo verdad: todos los que rendimos culto a este tema de Más Birras estamos un poco enamorados de Cass, aquella muchacha que tenía las piernas morenas, que se reía como un sábado, que tarareaba la última estrofa de Dylan y que murió arrollada por un Chevrolet de un repartidor de cocacolas, porque Cass es la Cass de nuestro barrio y todas las Cass del mundo. Y, si le metemos la cursiva y los paréntesis, habrá que decir que Cass (la chica más guapa de la ciudad) es una canción especial que enamora tanto como su protagonista. Lo contó muy bien Río Rojo en el post que le dedicó hace algunos años: «Hay canciones que son capaces de jugar contigo. Se te meten tan dentro, que marcan los momentos en que las escuchas, los amigos con los que las compartes, los lugares donde las vives, los recuerdos con los que las asocias. Vienen, van, se quedan, te abandonan, te perdonan, te susurran, te insultan, te aman, pero se quedan para siempre, y más de una vez te encuentras de nuevo con ellas, aparecidas desde cualquier rincón de tu cabeza, y durante unos días no te las quitas de encima, hasta el próximo reencuentro». Y esta última parte me ha chocado mucho, porque a mí también me ocurre precisamente eso con Cass: de repente me acuerdo de ella, como si la viese aparecer por una esquina con un revuelo del vestido, y me quedo encerrado en sus estrofas y en su romanticismo a ritmo de swing. Nos gusta Cass.

Eso sí, esta vez, mi recaída en Cass tiene un motivo triste: la canción, basada con bastantes licencias en un relato de Bukowski, está firmada por Gabriel Sopeña (a quien todos conocemos más o menos por aquí, supongo) y el poeta y filósofo José Luis Rodríguez García, que acaba de fallecer. Y este último dato lo digo como si ya lo hubiese sabido de antes, pero en realidad no tenía ni idea de ese vínculo entre la callejera Cass y el mundo académico. La canción es de 1988 y la interpretan, cómo no, los zaragozanos Más Birras, el grupo de Mauricio Aznar, que también nos dejó hace ya veintidós años. Y que también nos gustaba, claro.