Soy poco amigo de los festivales y menos amigo aún de trabajar en ellos: lo de tomar notas durante un concierto (y responder a toda esa gente que te pregunta por qué las tomas) y correr después a escribir una crónica acelerada (y darte cuenta al cabo de unas horas de todas las cosas que habrías querido poner y no pusiste) me arruina la posibilidad de disfrutar plenamente de un concierto. Pero, pese a esa resistencia mía a los eventos multitudinarios y los públicos masivos, lo cierto es que siempre vuelvo del Azkena o del BBK Live con una colección de buenos recuerdos. En este viernes y este sábado en el Azkena, aparte de estar con mucha gente maja, he disfrutado de una u otra manera con conciertos pequeños como los de Surfbort (la de la foto es su cantante, la locuela Dani, que se me puso al lado en una de sus expediciones majaras entre el público), Joseba Irazoki Eta Lagunak, Vulk, Wicked Wizzard, Mad Sin y hasta Klingonz (¡tatuajes, culos, tragasables!) y he gozado como siempre con Ilegales, pero lo más inesperado para mí es lo mucho que me han gustado los dos conciertos grandes que me ha tocado cubrir.
No lo esperaba porque se reunían tres circunstancias negativas: eran -eso- grandes, estaba currando y se trataba de dos artistas que hace un par de semanas no me motivaban locamente. A The Afghan Whigs los había escuchado de manera muy superficial y dispersa en los 90, mientras que a Patti Smith sí le había dedicado más tiempo, allá en mi juventud, hasta llegar a la conclusión de que me cargaba un poco su rollo entre provocador, cultureta y místico (que sí, que ya, que respect). Pero, empollándomelos un poco estos últimos días, ya los había reevaluado a ambos, y después, sobre el terreno, me ha parecido que tanto los unos como la otra han dado conciertos magníficos. Así que, para matar dos pájaros de un tiro, voy a seleccionar dos temas de sus setlists como canciones de la semana, ya que al fin y al cabo han constituido una parte esencial de mi menú musical de estos últimos siete días. He de decir, por cierto, que del setlist de Patti me gustó todo, incluidos temas recientes como Grateful o Nine, pero lo que voy a añadir a la Santa Lista de Canciones de la Semana es uno de los clásicos más amigables del Patti Smith Group, este Dancing Barefoot del 79 en el que nuestra amiga me suena ya más postpunk que prepunk.
Con los Afghan Whigs, en cambio, me vengo a la actualidad, a este I’ll Make You See God de hace tres meses con el que abrieron fuego en el Azkena. Tuvo su punto osado, porque es una canción arrolladora, con un ramalazo stoner en la tozudez de ese acorde que la vertebra. Hubo gente que se quejó de que Dulli y los suyos estuvieron muy parados y fueron muy secos, y un tipo que tenía al lado se empeñó en comentarme que el escenario principal les quedaba grande, para ver si anotaba su dictamen en el cuaderno, pero a mí me pareció que sus canciones (noventeras pero con una fórmula muy personal, contaminada a menudo de soul y rhythm and blues, o quizá sea al revés y lo contaminante sean los 90) no solo aguantaban el gran formato, sino que se crecían como si hubiesen nacido para eso.