Por mucho que me haya acostumbrado, de vez en cuando sigue asombrándome la manera desigual en que se reparte el pastel de la popularidad (y de las ventas y reproducciones, claro). Hace un par de semanas escuché el álbum de debut de Sons Of Birches y me gustó mucho, así que comprobé por curiosidad cuántos oyentes tiene en Spotify esta gente de la que no sabía y prácticamente sigo sin saber nada: 128, es decir, ciento veintiocho, cuando cualquier nadería aupada por la promoción da un salto inmediato hasta las decenas de miles. En Twitter tienen 43 seguidores. En Facebook creo que ni están. También tengo que puntualizar, de todas formas, que estos tipos no ayudan mucho. No encuentro fotos suyas (lo de arriba no es el careto del cantante, sino un detalle de la portada del disco) y ni siquiera tengo muy claro que se trate de una banda como tal: saltando de tuit en tuit, veo que parece tratarse de un proyecto del músico canadiense Allister Thompson, que se define graciosamente como «obseso de Popol Vuh y defensor de Phil Collins» y que ha publicado también bajo nombres como The Gateless Gate o Khan Tengri. Quizá el estilo de Sons Of Birches tampoco ayude a su inmediata popularidad masiva, porque el rock progresivo con sentido del humor no es lo más candente de estos tiempos, pero por ahí van los tiros: rock progresivo de ramalazo psicodélico y con dos versiones de Hawkwind, nada menos, que por alguna razón injusta parecen quedar peor como referencia que el genérico krautrock, aunque también hay sitio para rendir homenaje a Eliane Radigue y Morton Feldman y cascarse unas variaciones bien chulas sobre la sintonía de la serie Parks And Recreation.

En la nota de presentación, los tipos enumeran las siguientes influencias: «Hawkwind y… Gong, Neu!, The Byrds, Pink Floyd, Ash Ra Tempel, Kraftwerk, The Velvet Underground, The Pink Fairies, Wire, The Stooges, The Moody Blues, The Jefferson Airplane…». El tema que he escogido, mi favorito del lote, se aventura por la senda cósmico-hipnótica-psicodélica y nos lleva hacia una distopía robótica o algo así. Venga, a ver si llegan a doscientos.