No es que sea fan fatal, pero me gustan Sleaford Mods desde la primera vez que los escuché: soy muy sensible a ese fraseo y ese tono hosco que, pese a las diferencias en el tratamiento instrumental, los emparentan de manera inevitable con The Fall. También les une con mi admiradísimo Mark E. Smith y sus muchachos el hecho de que no suelo entender ni una sola palabra de lo que canta Jason Williamson en su cerrado acento de East Midlands y que, aunque busque por ahí las letras, muchas veces sigo en la misma oscuridad, porque sus referencias vitales y poéticas no siempre resultan fáciles de descifrar para un tipo de otro país. La primera vez que los vi en acción, en un Later With Jools Holland, añadí un nuevo motivo de entusiasmo: me pareció grandioso cómo Andrew Fearn, el otro componente del dúo, apretaba un botón de sus cacharros y dedicaba el resto de la canción a pimplarse una cerveza con sus habituales bailoteos.
Como suelo permanecer a oscuras de su lírica, me acaban enganchando con más fuerza los temas con más gancho melódico, y este último me tiene atrapado en bucle. Mork n Mindy (entiendo que el título se refiere a una famosa serie de finales de los 70 y principios de los 80, protagonizada por un extraterrestre que interpretaba Robin Williams) es una colaboración con la vocalista Billy Nomates que envuelve al oyente en unas bases hipnóticas, obsesivas y minimalistas, mientras Jason recita sus cosas, con su habitual aire de señor malencarado en el fondo del pub, y la amiga Billy aporta el estribillo de efecto inmediato. «Mork n Mindy es el sonido de la calefacción central y los olores agonizantes de la comida del domingo en una casa de protección oficial en 1982 –explican–, donde la belleza solo existe en pequeñas grietas en la concha de tu imaginación». En la letra tenemos al pequeño Jason (uno se lo imagina con la misma cara y la misma voz que el actual) haciendo guarradas con sus Action Man y mirando por la ventana de su cuarto: «Fuera no había nada agradable que ver, / quería que las cosas oliesen a pradera, no igual que el infierno. / Dientes de león que se mueren y abejorros».
Por cierto, ni me había enterado del álbum de debut de Billy Nomates, que salió en verano, y merece la pena.