Hacía un montón de tiempo que no teníamos una canción de la semana inactual. Pero el otro día descubrí, por casualidad, que este mes cumple veinticinco años un disco al que tengo muchísimo cariño. ¡Veinticinco! ¡Y yo ya me creía muy mayor cuando salió! Se trata del primer álbum de Papas Fritas, un trío de Massachusetts que se especializó en canciones pequeñitas: sus temas son breves, encantadores, juguetones y adictivos. Tony, Shivika y Keith derrochaban melodías hasta el punto de que algunas de sus canciones parecen varios estribillos alternos, y además las interpretaban con alegría, inflándose a coros y papapás, con una naturalidad y una falta de pretensiones que eran todo un lujo. De hecho, solían jugar con el parecido de la pronunciación a la inglesa de Papas Fritas y la frase «pop has freed us», el pop nos ha liberado, como titularon su recopilatorio final. A mí me animaron aquel feo desierto que atravesé en los 90 y se lo agradeceré siempre, aunque al examinar su web me ha entrado la congoja: veo que tocaron en Bilborock en el año 2000 y no me acuerdo de haber asistido. ¿Será que no pude ir o será que, en fin, han pasado demasiados años para mi memoria?
A lo que vamos: podría haber dejado que el random escogiese la canción, porque desgasté los trece cortes de su álbum de debut y me encantan todos, pero siempre he tenido especial debilidad por Lame To Be, con ese estribillo tan alegre y saltarín que dice, ejem, «es cutre estar a dos metros bajo tierra».