Qué poquitas veces ha salido Suiza en la historia de este blog. Consulto los archivos y solo hay una canción de la semana (de The Young Gods, mis suizos por excelencia), un post largo sobre las siempre refrescantes Kleenex/LiLiPUT, alguna mención al sello Les Disques Bongo Joe y tres o cuatro referencias menores. Hoy volvemos a darnos un garbeo por la Confederación Helvética, y llama la atención la estimulante diversidad de estas músicas que he ido mencionando, que a lo mejor no son lo que uno se espera del estereotipo suizo.
Nuestra protagonista de hoy se llama Emilie Zoé y confecciona canciones más bien tensas y obsesivas, que suele interpretar en directo acompañada de un batería. Está además muy acostumbrada a vincular su música a otros soportes creativos (series de televisión, obras de teatro, recitales de poesía…) y en esa línea va The Painter. Hace un par de años, un festival suizo invitó a Emilie Zoé a crear una banda sonora alternativa para una película de su elección: ella decidió acometer el proyecto en colaboración con Christian Garcia-Gaucher, un músico de larga trayectoria que había producido su último álbum, y juntos escogieron el filme Una paloma se posó en una rama a reflexionar sobre la existencia, del director sueco Roy Andersson. La interpretación en directo de sus composiciones, acompañando a la proyección, tuvo tanto éxito que al final va a salir en un disco, combinación de “hits en baja fidelidad e intrigantes grabaciones de campo”, según describe la nota de prensa. Este tema hermoso y triste, que ciertamente es un hit a su manera, sirve de adelanto para el álbum.