En el anterior post hablábamos de uno de esos síntomas musicales que te hacen dolorosamente consciente de lo viejo que te has hecho ya. Pues bien, ahí va otro: examinas la formación de un grupo que te ha llamado la atención y te topas con que uno de sus miembros es hijo de otro músico relevante para ti. Y gracias, porque, en esa aritmética que uno emprende después de cada hallazgo de este tipo, me he dado cuenta de que perfectamente habría podido tratarse de un nieto. En fin, a lo que vamos: Lola, la batería del grupo californiano Automatic y la contorsionista de la foto, es hija de Kevin Haskins, que se ocupaba de los tambores en Bauhaus y varios de sus derivados. Ya con 13 añitos se sumó a Blackblack, la banda de su hermana, y ahora está metida en este proyecto que acaba de sacar su álbum de debut.
Automatic (cuyo nombre viene de un tema de las Go-Go’s) es un trío de bajo, sintes y batería que suena inevitablemente deudor del post-punk original, pero no de manera tan mimética como los cien mil copistas que hay por ahí. A mí su rollo minimalista me hace pensar en un cruce contra natura (bueno, a lo mejor no tan contra natura) entre ESG y los Cure del Seventeen Seconds, y me ha alegrado comprobar que ambas referencias aparecen en la playlist que tienen colgada en Spotify, combinadas con gustos menos previsibles como Les Rallizes Dénudés, Olivia Neutron-John o Beat Happening. Too Much Money es la canción que abre el disco y de ella me atrae especialmente el uso de los teclados, bordeando la polución sonora, quizá porque la teclista Izzy era originalmente guitarrista.