Tradicionalmente, cuando uno se compraba el álbum de debut de Nurse With Wound, estaba adquiriendo en realidad dos cosas. Por una parte, cómo no, estaba el propio disco del grupo británico, que lleva el bonito título de Chance Meeting on a Dissecting Table of a Sewing Machine and an Umbrella (algo así como ‘el encuentro casual sobre una mesa de disección de una máquina de coser y un paraguas’, tomado de un texto de Lautréamont). Se editó en 1979, es una pieza clave de la vanguardia del Reino Unido y, si quieren que les diga la verdad, a mí siempre me ha resultado un poquito espeso. Pero, a la vez, el comprador se hacía con la legendaria lista de Nurse With Wound, más relevante que la propia portada del álbum: se trata de un batiburrillo de 291 artistas con el que los miembros de la banda (entonces era todavía una banda, aunque después se redujo a proyecto personal de Steven Stapleton) trasladaban al público las múltiples fuentes de su inspiración, a la vez que se chuleaban un poco, no lo vamos a negar. Porque en la lista aparecen, en cómodo orden alfabético, nombres ilustres de estilos como el krautrock, el post-punk, el rock progresivo, el jazz y la vanguardia en general (ahí están King Crimson, Franco Battiato, P.I.L., D.A.F., Yoko Ono, Can, Neu!, Xenakis, Stockhausen, John Cage, The Stooges…), pero también referencias ignotas, eruditas, oscurísimas, incluso algunas que muchos supusieron inventadas (yo qué sé: Dadazuzu, Don Bradshaw-Leather, Pataphonie, Brast Burn, Chillum…). Ah, asoman por ahí los catalanes Companyia Elèctrica Dharma y el canario Juan Hidalgo.
La lista se ha vuelto tan célebre en el mundillo de la música aventurada que las reediciones de algunos discos lucen una pegatina específica, para indicar que sus autores forman parte de aquel misterioso muestrario, entendido por muchos coleccionistas como un desafío. Ahora, por fin, el sello Finders Keepers ha llegado a un acuerdo con Steven Stapleton para publicar una serie de recopilatorios con «los temas correctos» de algunos artistas de la lista, con especial interés por los más desconcertantes. La primera entrega, que acaba de publicarse, se titula Strain Crack & Break (como el tema que cerraba aquel álbum de Nurse With Wound) y está consagrada a la escena francesa, que curiosamente fue la que aportó más nombres a la lista de marras. Según resume el sello, en sus trece cortes hay «música concreta, free jazz, Rock In Opposition, rock espacial de la escuela Zeuhl, música de ballet macabro, ciencia ficción en baja fidelidad y rock progresivo inspirado por la literatura clásica de horror». A mí me ha sorprendido, sobre todo, porque me ha parecido mucho más accesible y disfrutable de lo que me temía, con temas como este atmosférico Warinobaril de Lard Free.