Foto: Xavier Llanas
Este es uno de esos meses en los que la selección de conciertos podría ser tan amplia que después haría falta una selección de la selección, así que me voy a saltar el paso intermedio y, con gran dolor de mi corazón, dejaré fuera algunas convocatorias que me parecen muy interesantes, porque este mes abarca desde grandes estrellas (Dylan y Jaroussky, por ejemplo) hasta auténticos festines para determinados nichos (si a uno le gusta el power pop y afines, se puede poner las botas). Ahí van diez citas en diez salas diferentes.
Javier Escovedo & The City Lights (día 2, Shake!). A Escovedo, de los Escovedo de Chula Vista, lo vimos hace un par de semanas al frente de su grupo The Zeros, leyenda del punk californiano. Ahora vuelve en solitario (bueno, con la banda que le acompaña cuando toca en solitario) con un repertorio más clásico, que a mí me gusta especialmente cuando le da el ramalazo New York Dolls.
Bodega (día 4, Kutxa Beltza). Leo que, en el momento de su fundación, el grupo neoyorquino redactó una lista de doce mandamientos para evitar que su post-punk se estrellase en el tedio del cliché y el lugar común. Se autoprohibían, por ejemplo, las referencias al garage-rock o la influencia glam. El resultado es un post-punk anguloso y esquinado, pero festivo y bailable. Ya ven, están de moda en el mundo y tocan en el altillo del Antzoki.
Los Fresones Rebeldes (días 5 y 6, Muelle). La música no suele funcionar como las matemáticas. Si tiro de álgebra del gusto, a lo mejor Los Fresones Rebeldes no deberían entusiasmarme mucho, pero me basta pronunciar su nombre para que se me dibuje una sonrisa y se me despeje la cabeza: en su momento los vi dos o tres veces en directo y, aunque no retuve muchos detalles, siempre me lo pasé genial con sus canciones de feliz inocencia y su cautivadora combinación de cultura pop y amateurismo.
Fuzz In The City (días 5 y 6, Hika). Yo de la programación del Fuzz In The City nunca conozco nada o casi nada, pero es uno de esos eventos en los que tampoco importa mucho, porque siempre están garantizados el rock tozudo, el baile sudoroso y el público entregado. Este año, el cartel principal incluye a los británicos Professor Baba & His Invisible Band, los también británicos Gogo Loco, los italianos Sloks, los gallegos Thee Blind Crows, los madrileños Dinamita Brother y los locales Diablo Cuney. A diferencia de lo que ocurría con Bodega, aquí la referencia al garage-rock es obligada, claro. Hay también una completa programación satélite que pueden consultar aquí mismo.
Atom Rhumba (día 6, Kafe Antzokia). Me he dado cuenta de que hace demasiado tiempo que no veo en directo a Atom Rhumba, y tiene delito, porque siempre me han dejado con la boca abierta y el cerebro pasmado. Miren, de estos sí recuerdo mi primera vez, también en el Antzoki, en aquella fiesta por el quinto aniversario de Evasión de hace… ¡diecinueve años! Diecinueve, sí, y ahora me ha podido la nostalgia y he tenido que acudir a la hemeroteca: «El primer clímax llegó con Atom Rhumba y su rock inconformista pero documentado, cavernícola pero inflamado de pura sofisticación. Los rugidos de animal eléctrico, la saturación de las guitarras y el irresistible compás tribal destaponaron los oídos y exaltaron los ánimos. Hasta el saxo se volvía peligroso», escribí entonces, tirando a redicho. Los rhumberos terminan la gira de Cosmic Lexicon y encima redondean la velada con Aries de telonera.
Burning y The Mani-Las (día 6, Herriko Plaza de Barakaldo). ¿Qué, muchas cositas el sábado 6, verdad? No me dirán que no es buen plan disfrutar, al ventajoso precio de cero euros, del rock macarra y añejo de Burning y el rock vitalista y efervescente de The Mani-Las, ¿verdad? Y, en realidad, eso es solo el final de la noche, porque antes tocarán tres grupos ganadores del concurso Hiriko Soinuak, que es de lo que va el asunto. A manilear.
The Scaners (día 7, Nave 9). Pocas cosas hay más divertidas que el punk garajero con ruiditos de sintetizador e inspiración alienígena, como el de esta banda venusina afincada en Lyon. Ellos definen lo suyo como «una banda sonora para pilotos de ovnis y extraterrestres frikis», así que se sentirán completamente a gusto a bordo de la Nave.
Axolotes Mexicanos (día 12, Bizkaia Aretoa). Me hace muchísima ilusión ver por fin en directo a Axolotes Mexicanos, los de la foto de arriba, que son uno de mis grupos nacionales favoritos. Su tema Astor fue la canción que más escuché el año pasado, porque a mis hijas de 3 y 8 años también les priva, como si mi vejez y su infancia hubiesen encontrado un punto de encuentro en la juventud casi insultante de su música. La velada se completa con Confeti de Odio y Airu y forma parte de Uni Sound, el festival universitario que durante cuatro días repartirá conciertos por escenarios habituales y no tanto.
The Cavemen (día 23, La Nube). La salita santutxí ha preparado un mes la mar de movido y particularmente punk, pero yo tengo que destacar por fuerza a esta panda de trogloditas. A finales de 2018, la sección de Cultura del periódico nos puso a unos cuantos en el brete de elegir un concierto del año: como yo quería destacar alguno de los pequeños, acabé escogiendo la anterior visita de estos neozelandeses a La Nube, en la que «bordaron su punk desinhibido con ecos de Buzzcocks y los Clash, se sumaron a la fiesta (torsos desnudos, el cantante subido a la barra en los bises) e incluso demostraron un gusto exquisito con su inesperada versión de The Gun Club».
Txiki MAZ (día 26, Zortziko Plaza de Basauri). Ya sé que el MAZ está interesantísimo este año y que ha batido su récord histórico de venta de bonos, y de hecho el mes que viene aparecerá en la selección correspondiente uno de sus conciertos adultos, pero yo soy devoto y asistente fijo del TxikiMAZ, esa matiné en la que los niños llevan de concierto a sus padres y aguantan con santa paciencia sus tonterías, sus bailoteos y sus cervezas. Me parece un justo pago por tantas tardes de parque infantil. Habrá maquillaje, pintamúsica, sesión de Ciscar DJ y versiones con la Txiki MAZ Rock Band.
Vamos con Bodega y su vídeo explorable: no sé si funcionará después de insertarlo aquí, pero en YouTube se puede girar para ver al público, es decir, a sus colegas.