He notado que, de un tiempo a esta parte, me he vuelto particularmente sensible al pop psicodélico. El concepto de psicodelia es tan elástico que se acaba volviendo difuso (cada vez tengo más claro, por ejemplo, que buena parte de la producción de The Cure es esencialmente psicodelia), pero me refiero a la idea estricta de un pop de raíz sesentera y efecto embriagador, un estilo que a lo mejor hace veinte o treinta años no me habría atraído mucho. Esta semana, de hecho, me he visto en la rara situación de decidir la canción de la semana entre dos grupos encuadrables en esa categoría: Whyte Horses, ingleses de Manchester, que lo mismo acaban apareciendo en semanas venideras, y Gloria, franceses de Lyon, que al final se han llevado el gato al agua.
A resolver el empate me ha ayudado un argumento extramusical: resulta que Gloria tocan el viernes de la semana que viene en Hiltegixe, el gaztetxe de Berriz, junto a los guipuzcoanos Arrotzak. El sexteto francés es una banda curiosa, que parte del planteamiento teórico de hibridar dos estilos diferentes de los 60: los grupos de chicas y el rock británico. Su formación consta de tres mujeres a las voces (una de ellas toca también los teclados) y tres hombres a la guitarra, el bajo y la batería, con un resultado que suena mayormente a psicodelia californiana. En este tema de su nuevo EP, además, se aprecia ese toque siniestro de final del verano del amor que tanto agradecemos algunos advenedizos de la psicodelia.