En la misma línea de ‘Psychonauts’ (elogios y entusiasmo de la crítica, batacazo comercial inmisericorde), ‘Beyond Good & Evil’ rescataba el viejo género de la aventura con un original punto de vista que no logró convencer al público de su atractivo. Personajes bizarros, un aire de cómic ecologista y una paleta dominada por el color verde aportaban un aspecto único a la penúltima creación de Michel Ancel (‘Rayman’), que tenía por protagonista a Jade, intrépida reportera gráfica diseñada siguiendo el espléndido modelo de mestizaje galo, y su tío (presumimos que adoptivo) Pei’j, un cerdo humanoide diestro en el uso de las herramientas. Envuelta en una intriga que implicaba a tres facciones (el gobierno, un grupo rebelde y una amenaza alienígena), Jade debía investigar la verdad sobre una serie de ataques extraterrestres que habían llevado al ejército a bloquear extensas áreas de Hillys, su planeta natal.
La cámara de fotos y, en caso de tener que recurrir a la violencia, un bastón de combate, eran sus armas para desentrañar el misterio. Publicado en noviembre de 2003 para PC y las principales consolas, ‘Beyond Good & Evil’ es de los juegos que no acusan el paso del tiempo y mantienen el interés sin desmayo. La trama avanza con un garbo apreciable, que contagia de vida los variados retos a los que se enfrenta el jugador, entre los que se encuentran algunos puzzles sencillos, peleas frenéticas, carreras de aerodeslizadores y minijuegos de bar al ritmo infeccioso de un hip-hop francés.